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Pan de la Palabra


15 Julio 2021

  • Memoria obligatoria – Semana 15ª del Tiempo Ordinario
  • Blanco
  • SAN BUENAVENTURA, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA

PRIMERA LECTURA
Del libro del Éxodo 3, 13-20

En aquel tiempo, Moisés [después de oír la voz del Señor en medio de la zarza] le dijo: “Está bien. Me presentaré a los hijos de Israel y les diré: ‘El Dios de sus padres me envía a ustedes’; pero cuando me pregunten cuál es su nombre, ¿qué les voy a responder?”.
Dios le contestó a Moisés: “Mi nombre es Yo-soy”; y añadió: “Esto les dirás a los israelitas: ‘Yo-soy me envía a ustedes’. También les dirás: ‘El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, me envía a ustedes. Este es mi nombre para siempre. Con este nombre me han de recordar de generación en generación’.
Ve a reunir a los ancianos de Israel y diles: El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: ‘Yo he venido a ustedes porque he visto cómo los maltratan en Egipto. He decidido sacarlos de la esclavitud de Egipto para llevarlos al país de los cananeos, hititas, amorreos, perezeos, jiveos y yebuseos, a una tierra que mana leche y miel’.
Los ancianos de Israel escucharán tu voz y tú irás con ellos a ver al faraón y le dirán: ‘El Señor, el Dios de los hebreos, se nos ha aparecido. Permítenos caminar tres días por el desierto, para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios’.
Ya sé que el faraón no los dejará ir, si no se ve obligado. Por eso yo extenderé mi brazo y azotaré a los egipcios con toda clase de males, y Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 104
R/. El Señor nunca olvida sus promesas
Aclamen al Señor y denle gracias, / relaten sus prodigios a los pueblos. / Entonen en su honor himnos y cantos, / celebren sus portentos. R/.
Ni aunque transcurran mil generaciones, / se olvidará el Señor de sus promesas, / de la alianza pactada con Abrahán, / del juramento a Isaac, que un día le hiciera. R/.
Dios hizo a su pueblo muy fecundo, / más poderoso que sus enemigos. / A estos les endureció el corazón / para que odiaran a su pueblo / y le pusieran asechanzas a sus siervos.R/.
Pero envió a su siervo, Moisés, / y a Aarón, su elegido, / que hicieran contra ellos sus señales anunciadas, / sus prodigios en la tierra de Egipto.R/.

 

EVANGELIO
Del Evangelio según san Mateo 11, 28-30

En aquel tiempo, Jesús dijo: “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga, ligera”. 

Palabra del Señor.

 LECTIO DIVINA

Para meditar

Nosotros podemos llamar a Dios, con mejores motivos que Moisés, “el Dios que está con”, “el Dios que siempre se acerca para ayudar”. Porque en Jesús nos hemos convencido de que Dios es “Dios-con-nosotros”. Jesús se llama a sí mismo, a menudo, con el nombre: “Yo soy”. A veces, con referencia a diversos aspectos de su personalidad: yo soy el pastor, la puerta, el pan de la vida, la luz, el camino, la verdad, la vida. Y otras, en su totalidad divina: “Antes que Abrahán existiera, Yo Soy” (Jn 8, 58).
Nosotros sí que podemos decir: “El Señor se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada por mil generaciones, de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac”. Hemos experimentado que sigue siendo el Dios de la Alianza, porque, en Jesús, estamos celebrando continuamente la nueva y definitiva Alianza.

Y, cuando también para nosotros llegan los días malos, no solo podemos decir: “Envió a Moisés su siervo y a Aarón su escogido”, sino que podemos añadir: “Y nos ha enviado a su Hijo, Cristo Jesús, que nos ayuda en nuestro éxodo y en el camino de nuestra liberación”. Si hay un momento en que Dios se nos revela como cercano es en la Eucaristía: Dios nos dirige su Palabra, que es su mismo Hijo, y nos da su mejor alimento de vida, el Cuerpo y la Sangre del resucitado. No podemos tener mejor luz y fuerza para la jornada.

No es que el estilo de vida de Jesús no sea exigente. Lo hemos leído muchas veces en el evangelio y lo experimentamos en la vida. Su programa incluye renuncias y nos pide cargar con la cruz. Pero, a la vez, Él nos promete su ayuda. Cargamos con la cruz, sí, pero en su compañía. “Yo los aliviaré”. Como el Cireneo le ayudó a Él a llevar la cruz camino del Calvario, Él nos ayuda a nosotros a superar nuestras luchas y dificultades. Cuando nos sentimos “cansados y agobiados”, cosa que nos pasa a todos alguna vez, recordemos la palabra alentadora del Señor, que conoce muy bien lo difícil que es nuestro camino.Así mismo, deberíamos aprender la lección para nuestras relaciones con los demás. Para que no nos parezcamos a los sabios legalistas que agobian a los demás con sus normas y exigencias, sino a Jesús, que invita a ser fieles, pero se muestra comprensivo con las caídas y debilidades de sus seguidores, siempre dispuesto a ayudar y perdonar. No quiere que nos sintamos movidos por el temor de los esclavos, sino por el amor de los hijos y la alegría de los voluntarios. Cuando es el amor el que mueve, toda carga es ligera.

 

Para reflexionar

¿Nos parecemos a los sabios legalistas, que agobian a los demás con sus normas y exigencias, o a Jesús, que invita a ser fieles y se muestra comprensivo con las caídas y debilidades de sus seguidores?

Oración final

Señor, danos la fuerza de resistir a los obstáculos que ponemos a tu Palabra cuando sobrevienen las preocupaciones del mundo; conviértenos en terreno bueno, personas acogedoras, para ser capaces de ofrecer nuestro servicio a tu Palabra. Amén.


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