PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Zacarías 2, 14-17
“Canta de gozo y regocíjate, Jerusalén, pues vengo a vivir en medio de ti, dice el Señor. Muchas naciones se unirán al Señor en aquel día; ellas también serán mi pueblo y yo habitaré en medio de ti y sabrás que el Señor de los ejércitos me ha enviado a ti. El Señor tomará nuevamente a Judá como su propiedad personal en la tierra santa y Jerusalén volverá a ser la ciudad elegida”.
¡Que todos guarden silencio ante el Señor, pues Él se levanta ya de su santa moradaPalabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Lc 1, 46-55
R/. /. ¡Dichosa tú, Virgen María, porque llevaste en tu seno al Hijo del eterno Padre!
•Mi alma glorifica al Señor / y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, / porque puso sus ojos en la humildad de su esclava. R/.
•Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, / porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. / Santo es su nombre. / Y su misericordia llega de generación en generación / a los que lo temen.R/.
•Ha hecho sentir el poder de su brazo: / dispersó a los de corazón altanero. / Destronó a los potentados / y exaltó a los humildes. / A los hambrientos los colmó de bienes / y a los ricos los despidió sin nada.R/.
EVANGELIO
Del Evangelio según san Mateo 12, 46-50
En aquel tiempo, Jesús estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus parientes se acercaron y trataban de hablar con Él. Alguien le dijo entonces a Jesús: “Oye, ahí fuera están tu madre y tus hermanos, y quieren hablar contigo”. Pero Él respondió al que se lo decía: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?”. Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumple la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
Para meditar
● Zacarías motiva al pueblo a celebrar con mucha alegría el hecho de que el Señor quiera morar en medio de él, y que lo haga a título personal, eligiéndolo como su morada. El anuncio profético es buena noticia, porque produce en los oyentes la experiencia de la alegría, el júbilo y el regocijo. Pero mayor aún es cuando los que no cuentan escuchan y ven una mano que apunta hacia ellos, los oyentes de la palabra, como los verdaderos miembros de la familia de Jesús.
La comunidad creyente celebra en la acción litúrgica la presencia del Señor en medio de ella a través de la Palabra y de la Eucaristía. Esta acción litúrgica debe estar marcada por la alegría del encuentro con el Señor en medio de ella y de su palabra que se deja oír mediante los textos de la Sagrada Escritura. María ha sido ese modelo de alegría ante la acción de Dios en ella y por medio de ella, así como modelo de escucha atenta y dispuesta a cumplir su voluntad.
● Las palabras de Jesús no fueron ningún desaire para su Madre la Virgen Santísima. A primera vista puede parecer un rechazo o un desprecio hacia María. Pero hay que advertir que se trata de uno de los halagos más bellos a la Virgen María. El Señor les dice que la que le busca fuera del recinto no es solo quien lo ha engendrado, sino quien más se ha destacado por cumplir la Voluntad de Dios. Es como darse cuenta de que no hay que reducir a su madre como a un simple hecho biológico, sino que ella es el ser más excelso de la creación, la mujer que mejor ha obedecido a Dios reflejándolo en su incondicional “fiat”, “hágase”. De este modo, cualquiera que pretenda ser madre, hermano o hermana de Jesús, tiene que serlo primero por el fiel cumplimiento de la Voluntad de su Padre que está en los cielos.
Cristo quiere que seamos sus verdaderos hermanos o madres, pero distinguiéndonos principalmente por nuestra docilidad al Padre. Todos deseamos tener el beneplácito del Señor, que Él nos mire y nos diga que nos conoce porque cumplimos la voluntad de Dios. ¿Dónde encontramos su voluntad? En nuestro deber diario según nuestra condición de vida, en los mandamientos, en hacer el bien, en transmitirlo a los demás, en vivir de cara a Dios.
● María, antes de concebir a Dios en su seno, lo concibió en la fe. Dicen los santos padres que Cristo elogia a su Santísima Madre en este pasaje, para elevarla más aún sobre todo parentesco meramente humano a la maternidad espiritual. Todos estamos llamados a ser cercanos a Jesús, familiares, parientes, pero sobre todo hermanos porque con el bautismo hemos sido recibidos en adopción divina y Él nos ha rescatado con su muerte para hacernos hermanos.
María es una persona muy importante en la misión de Cristo, y en ella, nosotros estamos llamados a ser piezas clave para la continuación de la misión de Cristo en el mundo. Por este motivo, no podemos ser extraños o ajenos al Señor, pues no nos sentiríamos interpelados con el encargo, por ejemplo, de ir y proclamar el Evangelio a todas las naciones. Hay que conocer, amar a Cristo como un hermano, hermana o madre. Solo desde el amor los lazos humano-divinos se fortalecen.
Para reflexionar
●¿La presencia del Señor en medio de la comunidad, especialmente en la celebración eucarística, nos llena de alegría? ¿Somos una comunidad cumplidora de la voluntad de Dios?
Oración final
Padre Santo, tú que te manifestaste en Cristo para que nos reconociéramos como hermanos, hijos tuyos, concédenos la gracia de comprender que el mejor modo de comportarnos como miembros de esta familia santa es cumpliendo tu voluntad. Amén.
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