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Pan de la Palabra


25 Julio 2021

  • DECIMOSÉPTIMO DOMINGO ORDINARIO
  • Verde – Salterio

PRIMERA LECTURA
Del Segundo libro de los Reyes 4, 42-44

En aquellos días, llegó de Baal-Salisá un hombre que traía para el siervo de Dios, Eliseo, como primicias, veinte panes de cebada y grano tierno en espiga.
Entonces Eliseo dijo a su criado: “Dáselos a la gente para que coma”. Pero él le respondió: “¿Cómo voy a repartir estos panes entre cien hombres?”.
Eliseo insistió: “Dáselos a la gente para que coman, porque esto dice el Señor: ‘Comerán todos y sobrará’”.
El criado repartió los panes a la gente; todos comieron y todavía sobró, como había dicho el Señor.Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 144
R/. Bendeciré al Señor eternamente.
Que te alaben, Señor, todas tus obras / y que todos tus fieles te bendigan. / Que proclamen la gloria de tu Reino / y den a conocer tus maravillas.R/.
A ti, Señor, sus ojos vuelven todos / y tú los alimentas a su tiempo. / Abres, Señor, tus manos generosas / y cuantos viven quedan satisfechos.R/.
Siempre es justo el Señor en sus designios / y están llenas de amor todas sus obras. / No está lejos de aquellos que lo buscan; / muy cerca está el Señor de quien lo invoca.R/.

 

 

EVANGELIO
Del Evangelio según san Juan 6, 1-15

En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto las señales milagrosas que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos.
Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: “¿Cómo compraremos pan para que coman estos?”. Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues Él bien sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: “Ni doscientos denarios bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan”. Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: “Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?”. Jesús le respondió: “Díganle a la gente que se siente”. En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí, y tan solo los hombres eran unos cinco mil.
Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a sus discípulos: “Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien”. Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron doce canastos.
Entonces la gente, al ver la señal milagrosa que Jesús había hecho, decía: “Este es, en verdad, el profeta que había de venir al mundo”. Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de nuevo a la montaña, Él solo.

 

Palabra del Señor.

 

 LECTIO DIVINA

Para meditar

El Señor tuvo compasión de la cantidad de gente que había ido a escucharlo, porque eran ovejas sin pastor, desorientadas. Y hoy mucha gente está desorientada en nuestras ciudades, en nuestros países. Por eso, Jesús les enseña la doctrina y la gente le escucha. Cuando luego se hace tarde y pide que les den de comer, sin embargo, los discípulos responden un poco nerviosos. Una vez más Dios ha llegado primero, los discípulos no habían entendido nada:
 

Así es el amor de Dios: siempre nos espera, siempre nos sorprende. Es el Padre, es nuestro Padre que nos ama tanto, que siempre está dispuesto a perdonarnos. ¡Siempre! No una vez, 70 veces 7. ¡Siempre! Como un padre lleno de amor y para conocer a este Dios, que es amor, debemos subir por el escalón del amor al prójimo, por las obras de caridad, por las obras de misericordia, que el Señor nos ha enseñado. Que el Señor, en estos días en que la Iglesia nos hace pensar en la manifestación de Dios, nos dé la gracia de conocerle por el camino del amor (cf. Papa Francisco, Homilía, 8-1-2015).
 

La multitud se conmueve por el prodigio de la multiplicación de los panes, pero el don que Jesús ofrece es plenitud de vida para el hombre hambriento. Jesús sacia no solo el hambre material, sino esa más profunda, el hambre del sentido de la vida, el hambre de Dios. Frente al sufrimiento, la soledad, la pobreza y las dificultades de tanta gente, ¿qué podemos hacer nosotros? (cf. Papa Francisco, Homilía, 26-7-2015).

 

Para reflexionar

¿Cómo es posible dar de comer a esta muchedumbre inmensa que lo rodea por todas partes? ¿Crees, incluso, cuando todo parece que está en contra?

Oración final

Te damos gracias, Padre nuestro, por la vida y el conocimiento que nos manifestaste por medio de tu siervo Jesús. Como este pan estaba disperso por los montes y después, al ser reunido, se hizo uno, así sea reunida tu Iglesia de los confines de la tierra en tu Reino. Amén.


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