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Pan de la Palabra


03 Agosto 2021

  • Feria o Memoria libre – Semana 18ª del Tiempo Ordinario
  • Verde
  • SANTA LIDIA

PRIMERA LECTURA
Del libro de los Números 12, 1-13

En aquellos días, María y Aarón criticaron a Moisés porque había tomado por esposa a una mujer extranjera. Decían: “¿Acaso el Señor le ha hablado solamente a Moisés? ¿Acaso no nos ha hablado también a nosotros?”. Y el Señor los oyó. Moisés era el hombre más humilde de la tierra. De repente, el Señor les dijo a Moisés, a Aarón y a María: “Vayan los tres a la tienda de reunión”. Y fueron los tres. Bajó el Señor en la columna de nube y se quedó en la puerta de la tienda. Llamó a Aarón y a María, y los dos se acercaron. El Señor les dijo: “Escuchen mis palabras. Cuando hay un profeta entre ustedes, yo me comunico con él por medio de visiones y de sueños. Pero con Moisés, mi siervo, es muy distinto: él es el siervo más fiel de mi casa; yo hablo con él cara a cara, abiertamente y sin secretos, y él contempla cara a cara al Señor. ¿Por qué, pues, se han atrevido ustedes a criticar a mi siervo, Moisés?”. Y la ira del Señor se encendió contra ellos. Cuando Él se fue y la nube se retiró, de encima de la tienda, María estaba leprosa, blanca como la nieve. Aarón se volvió hacia María y vio que estaba leprosa. Entonces Aarón le dijo a Moisés: “Perdónanos, Señor nuestro, el pecado que neciamente hemos cometido. Que no sea María como quien nace muerta del seno de su madre; mira su carne ya medio consumida por la lepra”. Entonces Moisés clamó al Señor, diciendo: “Señor, ¡cúrala, por favor!” Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 50
R/. Misericordia, Señor, hemos pecado.
Por tu inmensa compasión y misericordia, / Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. / Lávame bien de todos mis delitos / y purifícame de mis pecados. R/.
Puesto que reconozco mis culpas, / tengo siempre presentes mis pecados. / Contra ti solo peque, Señor, / haciendo lo que a tus ojos era malo. R/.
Es justa tu sentencia / y eres justo, Señor, al castigarme. / Nací en la iniquidad, / y pecador me concibió mi madre. R/.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, / un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. / No me arrojes, Señor, lejos de ti, / ni retires de mí tu santo Espíritu.R/.

EVANGELIO
Del Evangelio según san Mateo 14, 22-36

En aquel tiempo, inmediatamente después de la multiplicación de los panes, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca y se dirigieran a la otra orilla, mientras Él despedía a la gente. Después de despedirla, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba Él solo allí.
Entre tanto, la barca iba ya muy lejos de la costa y las olas la sacudían, porque el viento era contrario. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al verlo andar sobre el agua, se espantaron y decían: “¡Es un fantasma!”. Y daban gritos de terror. Pero Jesús les dijo enseguida: “Tranquilícense y no teman. Soy yo”.
Entonces le dijo Pedro: “Señor, si eres tú, mándame ir a ti caminando sobre el agua”. Jesús le contestó: “Ven”. Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse y gritó: “¡Sálvame, Señor!”. Inmediatamente Jesús le tendió la mano, lo sostuvo y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”.
En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús, diciendo: “Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios”.
Terminada la travesía, llegaron a Genesaret. Apenas lo reconocieron los habitantes de aquel lugar, pregonaron la noticia por toda la región y le trajeron a todos los enfermos. Le pedían que los dejara tocar siquiera el borde de su manto; y cuantos lo tocaron, quedaron curados.

 

Palabra del Señor.

 

 LECTIO DIVINA

Para meditar

¿Cómo reaccionamos cuando nos enteramos de que alguien de los más cercanos está hablando mal de nosotros? Lo primero que deberíamos pensar es en qué pueden tener razón. Porque todos tenemos defectos, y la corrección fraterna, incluso la que se hace sin demasiada oportunidad, nos puede ayudar a recapacitar y mejorar.

Pero puede suceder que, en conciencia, no nos creamos merecedores de los ataques que recibimos. En tales casos, ¿tenemos un corazón tolerante y paciente, como el de Moisés? ¿Somos capaces, como él, de interceder ante Dios por quienes nos atacan?

Jesús nos enseñó a perdonar. Es lo que más nos cuesta. El ejemplo de Moisés nos debería animar a ser más generosos en nuestras reacciones ante el trato que recibimos de los demás, cuando nos parezca injusto.

La barca de los discípulos, zarandeada por vientos contrarios, se ve fácilmente como símbolo de la Iglesia, agitada por los problemas internos y la oposición (cuando Mateo escribe su evangelio, la comunidad ya sabe muy bien lo que son los vientos contrarios). También es símbolo de la vida de cada uno de nosotros, con sus tempestades particulares. En ambos casos, hay una diferencia decisiva: sin Jesús en la barca, todo parece hundirse. Cuando lo dejamos subir, el viento amaina. En los momentos peores, tendremos que recordar la respuesta de Jesús: “Ánimo, soy yo, no tengan miedo”. Y confiar en Él.

 

Para reflexionar

¿No será esta la causa de nuestros fracasos y de nuestra debilidad: que no sabemos retirarnos y hacer oración? ¿Es la oración el motor de nuestra actividad?

Oración final

Señor, la semilla de tu Palabra siempre produce buenos frutos. No permitas que las distracciones arrebaten de Señor Jesús: tú que conoces y comprendes la debilidad y pobreza de nuestra fe, tiéndenos tu mano salvadora y llénanos de tu paz, para seguir nuestro camino. Amén.


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