Logo San Pablo

Pan de la Palabra


19 Octubre 2021

  • Feria o Memoria libre – Semana 29ª del Tiempo Ordinario
  • Verde / Blanco / Rojo
  • ANTOS JUAN DE BRÉBEUF E ISAAC JOGUES, PRESBÍTEROS, Y COMPAÑEROS, MÁRTIRES, O SAN PABLO DE LA CRUZ, PRESBÍTERO

PRIMERA LECTURA
De la Carta de san Pablo a los Romanos 5, 12.15.17-19.20-21

Hermanos: Por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado entró la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron. Ahora bien, el don de Dios supera con mucho al delito. Pues si por el delito de un solo hombre todos fueron castigados con la muerte, por el don de un solo hombre, Jesucristo, se ha desbordado sobre todos la abundancia de la vida y la gracia de Dios. En efecto, si por el pecado de un solo hombre estableció la muerte su reinado, con mucha mayor razón reinarán en la vida por un solo hombre, Jesucristo, aquellos que reciben la gracia sobreabundante que los hace justos. En resumen, así como por el pecado de un solo hombre, Adán, vino la condenación para todos, así por la justicia de un solo hombre, Jesucristo, ha venido para todos la justificación que da la vida. Y así como por la desobediencia de uno, todos fueron hechos pecadores, así por la obediencia de uno solo, todos serán hechos justos. De modo que, donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia, para que así como el pecado tuvo poder para causar la muerte, así también la gracia de Dios, al justificarnos, tenga poder para conducirnos a la vida eterna por medio de Jesús, nuestro Señor.  Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 39
R/.  Concédenos, Señor, hacer tu voluntad.
Sacrificios y ofrendas, Señor, tú no quisiste; / abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. / No exigiste holocaustos por la culpa, / así que dije: “Aquí estoy”.R/.
En tus libros se me ordena / hacer tu voluntad; / esto es, Señor, lo que deseo: / tu ley en medio de mi corazón. R/.
He anunciado tu justicia / en la gran asamblea; / no he cerrado mis labios, / tú lo sabes, Señor.R/.
Que se gocen en ti y que se alegren / todos los que te buscan. / Cuantos quieren de ti la salvación, / repiten sin cesar: “¡Qué grande es el Señor!”.  R/.

EVANGELIO
Del Evangelio según san Lucas 12, 35-38

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos”.

Palabra del Señor.

 

 LECTIO DIVINA

Para meditar

• Cada uno de nosotros es hijo del primer Adán y también hermano e imagen del segundo Adán. Sentimos la debilidad y a la vez experimentamos la fuerza de Jesús. ¿Qué aspecto triunfa más en mi vida: el pecado o la gracia, el hombre viejo o el nuevo, la desobediencia o la obediencia, la muerte o la vida, Adán o Cristo?

 

Al decir hoy el salmo 39, ponemos estas palabras en boca de Cristo –como hace la Carta a los Hebreos– en actitud de obediencia a Dios: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”. Lo contrario de lo que hizo Adán. Al final de una jornada ¿podemos resumir nuestra actuación diciendo que hemos obedecido gozosamente a Dios, o tenemos que reconocer que hemos buscado nuestros propios caminos?

 

No tenemos que perder nuestra confianza: también en nuestra propia historia, aunque exista el pecado, sobreabunda más la gracia y el amor de Dios. Por muchos fracasos que tengamos que contar, son más los signos de que Dios nos ama. La solidaridad con Adán es grande. Pero mayor, la solidaridad que Dios nos ofrece en su Hijo. En varios momentos de nuestra oración decimos: “Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros”: los Kyries, el Gloria, el Cordero de Dios. Hemos de sentirlo desde dentro, cuando lo decimos, y pedirle a Dios que nos ayude a vencer las herencias del primer Adán en nuestra vida y nos haga pasar, con el nuevo Adán, a la plenitud de su vida. Si, con ocasión de esta página de Pablo, queremos ampliar más lo que la Iglesia piensa del “pecado original” y sus consecuencias para la humanidad, podemos leer los números 396-409 del Catecismo de la Iglesia Católica.

 

• La primera comunidad tal vez tenía la impresión de que la venida final del Señor era inminente. Aunque ahora no tengamos esa preocupación, sigue válida la invitación a la vigilancia: tanto para el momento de nuestra propia muerte –que casi siempre es a una hora imprevista– como para la venida cotidiana del Señor a nuestras vidas, en su Palabra, en los sacramentos, en los acontecimientos, en las personas. Si estamos despiertos, podremos aprovechar su presencia. Si estamos adormilados, ni nos daremos cuenta.

 

“Tengan ceñida la cintura”. Era la postura de los judíos al emprender el viaje del éxodo, en la primera Pascua de Egipto. La postura del que está disponible para emprender algo, sin aletargarse ni quedar instalado, con ánimo conformista, en lo que ya tiene. Dispuestos a salir de viaje (si vale la comparación: es lo que se dice de los entrenadores de fútbol, que no se hacen ilusiones de que vayan a durar mucho en su puesto, y viven siempre “con las maletas preparadas”).

“Y encendidas las lámparas”. Como las cinco muchachas prudentes que esperaban al novio. Con el aceite de la fe, de la esperanza y del amor.

 

Mirar hacia delante. Ayer se nos decía que no nos dejáramos apegar a las riquezas, porque nos estorbarán en el momento decisivo. Hoy, que vigilemos. Es sabio el que vive despierto y sabe mirar al futuro. No porque no sepa gozar de la vida y cumplir sus tareas del “hoy”, pero sí porque sabe que es peregrino en esta vida y lo importante es asegurarse su continuidad en la vida eterna. Y vive con una meta y una esperanza.

 

En las cosas de aquí abajo afinamos mucho los cálculos: para que nos llegue el presupuesto, y conseguir éxitos comerciales o deportivos, para aprobar el curso. Pero ¿somos igualmente espabilados en las cosas del espíritu?

 

“Dichosos ellos, si el amo los encuentra así”. Y escucharemos las palabras que serán el colmo de la felicidad: “Muy bien, siervo fiel, entra en el gozo de tu Señor”. Y nos sentará a su mesa y nos irá sirviendo uno a uno.

 

Para reflexionar

¿Actuamos de tal manera que, al final de los tiempos, escucharemos de Jesús la palabra de la felicidad eterna? ¿Nos motiva el anhelo de una vida nueva a construir una sociedad más justa, fraterna y solidaria?

Oración final
Dios mío, concédenos vivir alerta, de cara a la eternidad, con el alma limpia, lista para el encuentro definitivo contigo. Amén.


Complementa los ocho (8) pasos de la Lectio Divina adquiriendo el Misal Pan de la Palabra en:


"Tiene Dios poder para colmarlos de toda clase de favores, de modo que, teniendo siempre lo suficiente, les sobre para obras buenas". (2 Corintios 9, 8). Puedes colaborarnos en esta obra de evangelización con tu donación: https://bit.ly/2DZuzDE 


Suscríbete a nuestro newsletter ENTÉRATE DE LAS ÚLTIMAS NOVEDADES Y RECIBE DESCUENTOS EXCLUSIVOS

whatsapp chat