PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Jeremías 31, 7-9
Esto dice el Señor: “Griten de alegría por Jacob, regocíjense por el mejor de los pueblos; proclamen, alaben y digan: ‘El Señor ha salvado a su pueblo, al grupo de los sobrevivientes de Israel’.
He aquí que yo los hago volver del país del norte y los congrego desde los confines de la tierra. Entre ellos vienen el ciego y el cojo, la mujer encinta y la que acaba de dar a luz.
Retorna una gran multitud; vienen llorando, pero yo los consolaré y los guiaré; los llevaré a torrentes de agua por un camino llano en el que no tropezarán. Porque yo soy para Israel un padre y Efraín es mi primogénito”Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 125
R/. Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor
•Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, / creíamos soñar; / entonces no cesaba de reír nuestra boca / ni se cansaba entonces la lengua de cantar. R/.
•Aun los mismos paganos con asombro decían: / “¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!”. / Y estábamos alegres, / pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor.R/.
•Como cambian los ríos la suerte del desierto, / cambia también ahora nuestra suerte, Señor, / y entre gritos de júbilo / cosecharán aquellos que siembran con dolor. R/.
•Al ir, iban llorando, cargando la semilla; / al regresar, cantando vendrán con sus gavillas.R/.
EVANGELIO
Del Evangelio según san Marcos 10, 46-52
En aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó en compañía de sus discípulos y de mucha gente, un ciego, llamado Bartimeo, se hallaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que el que pasaba era Jesús de Nazaret, comenzó a gritar: “¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!”. Muchos lo reprendían para que se callara, pero él seguía gritando todavía más fuerte: “¡Hijo de David, ten compasión de mí!”.
Jesús se detuvo entonces y dijo: “Llámenlo”. Y llamaron al ciego, diciéndole: “¡Ánimo! Levántate, porque Él te llama”. El ciego tiró su manto; de un salto se puso en pie y se acercó a Jesús. Entonces le dijo Jesús: “¿Qué quieres que haga por ti?”. El ciego le contestó: “Maestro, que pueda ver”. Jesús le dijo: “Vete; tu fe te ha salvado”. Al momento recobró la vista y comenzó a seguirlo por el camino.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
Para meditar
También podemos dejarnos interpelar por la escena del evangelio en el sentido de cómo tratamos a los ciegos que están a la vera del camino, buscando, gritando su deseo de ver. Hay muchas personas, jóvenes y mayores, que no encuentran sentido a la vida y que pueden dirigirse a nosotros, los cristianos, por si les podemos dar una respuesta a sus preguntas.
¿Somos de los que se molestan por esos gritos, porque siempre resulta incómodo el que pide o el que formula preguntas? ¿o nos acercamos a la persona y la conducimos a Jesús, diciéndole amablemente: “Ánimo, levántate, que te llama”?
Cristo es la Luz del mundo. Pero también nos encargó a nosotros que fuéramos luz y que esa lámpara alumbre a otros, para que no tropiecen y vean el camino. ¿A cuántos hemos ayudado a ver, a cuántos hemos podido decir que se levanten y que acudan a Cristo Jesús?
Para reflexionar
●¿Cuál es comportamiento del ciego Bartimeo? ¿Cuál es para nosotros la lección de la curación del ciego Bartimeo?
Oración final
Señor Jesús, con la curación de Bartimeo nos enseñas que quien escucha tu Palabra y cree que tú eres el Hijo de Dios camina en la luz. Sana nuestra ceguera para contemplar tu rostro. Amén.
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