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Pan de la Palabra


03 Diciembre 2021

  • Memoria obligatoria – Semana 1ª de adviento
  • Blanco
  • SAN FRANCISCO JAVIER, PRESBÍTERO

PRIMERA LECTURA

Del libro del profeta Isaías 29, 17-24

Esto dice el Señor: “¿Acaso no está el Líbano a punto de convertirse en un vergel y el vergel en un bosque?
Aquel día los sordos oirán las palabras de un libro; los ojos de los ciegos verán sin tinieblas ni oscuridad; los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor y los pobres se gozarán en el Santo de Israel; porque ya no habrá opresores y los altaneros habrán sido exterminados. Serán aniquilados los que traman iniquidades, los que con sus palabras echan la culpa a los demás, los que tratan de enredar a los jueces y sin razón alguna hunden al justo”.
Esto dice a la casa de Jacob el Señor que rescató a Abrahán: “Ya no se avergonzará Jacob, ya no se demudará su rostro, porque al ver mis acciones en medio de los suyos, santificará mi nombre, santificará al Santo de Jacob y temerá al Dios de Israel. Los extraviados de espíritu entrarán en razón y los inconformes aceptarán la enseñanza”. palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 26
R/.El mensaje del Señor resuena en toda la tierra.
El Señor es mi luz y mi salvación, / ¿a quién voy a tenerle miedo? / El Señor es la defensa de mi vida, / ¿quién podrá hacerme temblar?R/.
Lo único que pido, lo único que busco / es vivir en la casa del Señor toda mi vida, / para disfrutar las bondades del Señor / y estar continuamente en su presencia.R/.
La bondad del Señor espero ver / en esta misma vida. / Ármate de valor y fortaleza / y en el Señor confía.R/.



EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Mateo 9, 27-31

Cuando Jesús salía de Cafarnaún, lo siguieron dos ciegos, que gritaban: “¡Hijo de David, compadécete de nosotros!”. Al entrar Jesús en la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó: “¿Creen que puedo hacerlo?”. Ellos le contestaron: “Sí, Señor”. Entonces les tocó los ojos, diciendo: “Que se haga en ustedes conforme a su fe”. Y se les abrieron los ojos. Jesús les advirtió severamente: “Que nadie lo sepa”. Pero ellos, al salir, divulgaron su fama por toda la región.

Palabra del Señor.

 

 LECTIO DIVINA

Para meditar

• Hay en el evangelio de hoy una pregunta de Jesús que nos explica el porqué de la curación de dos ciegos que se le acercaron pidiéndole a gritos la vista para sus ojos en tinieblas: “¿Creen que puedo hacerlo?”. Ante su respuesta afirmativa, Jesús concluye: “Que les suceda conforme a su fe”. Y se les abrieron los ojos. Así se cumplió el oráculo del profeta Isaías que tenemos en la primera lectura, referido a los tiempos mesiánicos: Pronto, muy pronto, los ojos de los ciegos verán sin tinieblas ni oscuridad, y la salvación de lo alto alegrará a los oprimidos y a los pobres de Dios.
 

Por tanto, las fuentes de la palabra nos hablan hoy, elocuentemente, del Adviento como tiempo de fe y transformación, libertad y justicia, esperanza y gozo en el Señor. La clave secreta de este cuadro maravilloso está en la fe. La necesidad y eficacia de la misma es una constante en la Biblia y en la vida cristiana de cada día.
 

Como en el caso de los ciegos, la historia de los milagros realizados por Jesús coincide con el itinerario de la fe de los pobres de Dios. Era la fe de los enfermos lo que desencadenaba a su favor la acción del poder divino que residía en Jesús de Nazaret. Una y otra vez repite Él a las personas agraciadas con una intervención milagrosa: Tu fe te ha curado, tu fe te ha salvado; hágase como has creído. El dicho popular “la fe hace milagros” es de una certera exactitud evangélica. Hasta tal punto era la fe presupuesto esencial y condición indispensable, que donde Jesús no encontraba fe no “podía” obrar ningún milagro.
 

El don de la fe equivale a estrenar ojos nuevos, como los dos ciegos del evangelio de hoy. Con esos ojos podremos ver la vida y el mundo, las personas y las cosas como Dios las ve, iluminando y dando sentido a la existencia individual y comunitaria, entendiendo y asumiendo la realidad personal, familiar y social, incluso cuando no se les vería ya sentido ni valor alguno.

Para reflexionar

¿Reconocemos las acciones poderosas de Dios en favor de los más necesitados? ¿Clamamos misericordia al Señor con una fe y confianza firmes en su poder?


Oración final
Haz, Señor, que tu amor cure nuestra innata ceguera, despertando nuestra fe dormida, para poder verlo todo con los ojos nuevos que nos das: los criterios de Jesús. Cólmanos de alegría y paz en este tiempo de Adviento, que es oportunidad de conversión a ti y a los hermanos.Amén.


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