PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Jeremías 23, 5-8
“Miren: viene un tiempo, dice el Señor, en que haré surgir un renuevo en el tronco de David: será un rey justo y prudente y hará que en la tierra se observen la ley y la justicia.
En sus días será puesto a salvo Judá, Israel habitará confiadamente y a Él lo llamarán con este nombre: ‘El Señor es nuestra justicia’.
Por eso, miren que vienen tiempos, Palabra del Señor, en los que no se dirá: ‘Bendito sea el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto’, sino que se dirá: ‘Bendito sea el Señor, que sacó a los hijos de Israel del país del Norte y de los demás países donde los había dispersado, y los trajo para que habitaran de nuevo su propia tierra’”.palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 71
R/.Ven, Señor, rey de justicia y de paz.
•Comunica, Señor, al rey tu juicio / y tu justicia, al que es hijo de reyes; / así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres / y regirá a tu pueblo justamente. R/.
•Al débil librará del poderoso / y ayudará al que se encuentra sin amparo; / se apiadará del desvalido y pobre / y salvará la vida al desdichado.R/.
•Bendito sea el Señor, Dios de Israel, / el único que hace grandes cosas. / Que su nombre glorioso sea bendito / y la tierra se llene de su gloria. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Mateo 1, 18-24
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados”.
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: “He aquí que la virgen concebirá y dará a luz a un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir: Dios-con-nosotros”. Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
Para meditar
• Hoy se nos dice en el evangelio que por medio de José entra Jesús en el linaje davídico, y se cumple en Cristo el oráculo mesiánico del profeta Jeremías: el vástago de David se llamará “Dios-es-nuestra-justicia”, es decir, nuestra salvación. Salvador (Jesús) es precisamente el nombre que José pondrá al niño que nacerá de María, su esposa, que ha concebido por obra del Espíritu Santo, como le explica “en sueños el ángel del Señor” a José. Es la expresión bíblica para designar una revelación de Dios a una persona.
La acción creadora del Espíritu es decisiva para dar paso al Emmanuel (Dios-con-nosotros), que encabezará un nuevo pueblo y una humanidad regenerada. Mas, para realizar este plan de salvación, Dios cuenta también con la colaboración humana de María como madre natural, y de José como padre legal del vástago legítimo que viene a tomar posesión del trono de David: Jesús el Mesías.
La palabra del ángel del Señor vino a darle seguridad a José, luz sobre su misión y confianza en Dios. Sería el padre “legal” del hijo de María, venido del Espíritu Santo para salvar al pueblo de sus pecados. La duda fue vencida por la obediencia de la fe. Así es como san José conecta con la dinastía mesiánica: no sólo por razón de genealogía, sino, y sobre todo, por el dinamismo de la obediencia de su fe, que le impulsa a aceptar una misión oscura y sin brillo especial, pero muy importante en los planes de Dios sobre la salvación humana.
Sin ceder a la tentación del abandono, el justo José se adentró en la radiante oscuridad del misterio de Dios. Su talla humana se agiganta desde la fe que lo animó. Por eso su figura aparece en el Adviento como un prototipo y modelo bíblico de fe. La vida de cada uno de nosotros, como toda vida, es vocación, proyecto y prueba de Dios; y debe ser también respuesta incondicional al mismo, sin pedirle evidencias, sino fiándonos plenamente de él. Como hizo el bueno de José.
Hoy merece una mención especial este actor secundario, pero de atractivo sin igual, debido a una serie de cualidades modélicas para el creyente de todo tiempo y lugar, tales como: su enorme respeto ante el misterio de Dios, operado en María; su integridad y honradez; su silencio y laboriosidad sin protagonismos; su fidelidad de hombre bueno a carta cabal; su vacío de sí mismo y, sobre todo, su disponibilidad absoluta para la vocación de servicio y la misión que el Señor le confió. ¿Hay quién dé más?
Para reflexionar
●¿Reconocemos a quienes anuncian la buena nueva de la salvación que Dios obra en favor de su pueblo? ¿Somos mensajeros, emisarios de la buena nueva del Evangelio de la salvación?
Oración final
Señor, danos tu gracia para vivir con un auténtico espíritu contemplativo estos días previos a la Navidad. Ayúdanos a darle prioridad a la oración y a la misión como apóstoles de tu Reino.Amén.
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