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Pan de la Palabra


22 Diciembre 2021

  • Feria Privilegiada – Semana 4ª de Adviento
  • Morado
  • SANTA FRANCISCA JAVIER CABRINI

PRIMERA LECTURA

Del Primer libro de Samuel 1, 24-28

En aquellos días, Ana llevó a Samuel, que todavía era muy pequeño, a la casa del Señor, en Siló, y llevó también un novillo de tres años, un costal de harina y un odre de vino. Una vez sacrificado el novillo, Ana presentó el niño a Elí y le dijo: “Escúchame, señor: te juro por mi vida que yo soy aquella mujer que estuvo junto a ti, en este lugar, orando al Señor. Este es el niño que yo le pedía al Señor y que Él me ha concedido. Por eso, ahora yo se lo ofrezco al Señor, para que le quede consagrado de por vida”. Y adoraron al Señor.palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
1S 2, 1.4-5.6-7.8
R/.Mi corazón se alegra en Dios, mi salvador.
Mi corazón se alegra en el Señor, / en Dios me siento yo fuerte y seguro. / Ya puedo responder a mis contrarios, / pues eres tú, Señor, el que me ayuda.R/.
El arco de los fuertes se ha quebrado, / los débiles se ven de fuerza llenos. / Se ponen a servir por un mendrugo / los antes satisfechos; / y sin tener que trabajar, / pueden saciar su hambre los hambrientos. / Siete veces da a luz la que era estéril / y la fecunda ya dejó de serlo. R/.
Da el Señor muerte y vida, / deja morir y salva de la tumba; / Él es quien empobrece y enriquece, / quien abate y encumbraR/.
Él levanta del polvo al humillado, / al oprimido saca de su oprobio, / para hacerlo sentar entre los príncipes / en un trono glorioso.R/.




EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 46-56

En aquel tiempo, dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación a los que le temen. Ha hecho sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.
Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abrahán y a su descendencia, para siempre”. María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.

Palabra del Señor.

 

 LECTIO DIVINA

Para meditar

Un canto de liberación mesiánica. Ana, la madre del profeta Samuel, vuelve al santuario de Silo para dar gracias a Dios por el hijo con que atendió sus ruegos y su esterilidad anteriores. Después de consagrar su pequeño Samuel al Señor, prorrumpe en un cántico (salmo responsorial de hoy), al que hace eco el himno de bendición de María, “la esclava del Señor”. Es su espléndido Magníficat, que leemos hoy como evangelio, y en el que resuenan muchos ecos bíblicos, cantando la grandeza de Dios y su predilección por los pobres y desvalidos.
 

No podía faltar este himno en el Adviento y en labios de la que es por sí misma Adviento, la figura más excelsa de la espera: María de Nazaret. La enorme riqueza del Magníficat excede nuestro espacio y requiere largos silencios de meditación personal.

El canto de María es la medida de su altura espiritual y, simultáneamente, la síntesis de la fe del pueblo elegido, de sus aspiraciones y de su espera multisecular, fiado en las promesas de Dios hechas a los patriarcas y su descendencia.
 

Hay que leer el Magníficat también desde la fe pascual de la primitiva comunidad cristiana que se expresa por boca de María. El evangelista Lucas pone en labios de la Virgen nazarena un canto de liberación mesiánica que, gracias a Cristo, revoluciona el viejo orden establecido. Los pobres y los olvidados, los humildes y los hambrientos pasan a ser, en el orden nuevo, los protagonistas de la historia de Dios, que los prefiere a los soberbios, a los poderosos y a los ricos de este mundo.
 

En las palabras del Magníficat de María se escucha como trasfondo el rumor de los siglos, el murmullo de la comunidad redimida, la alegría y esperanza de los pobres, el asombro agradecido de los liberados por Cristo.

Para reflexionar

¿Estamos en condición para, desde la experiencia de fe, dar gracias a Dios por sus obras a favor nuestro? ¿Nos sentimos parte de esa gente humilde que alaba a Dios por sus obras?

Oración final
¡Oh misterio que solo la fe alcanza!, María es nuevo templo de la gloria, rocío matinal nube que pasa, luz nueva en su presencia misteriosa. A Dios sea la gloria eternamente, y al Hijo suyo amado, Jesucristo, y el que quiso nacer para nosotros, para darnos su Espíritu divino. Amén.


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