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Pan de la Palabra


29 Diciembre 2021

  • Octava de Navidad - Fiesta
  • Blanco
  • SANTO TOMÁS BECKET, OBISPO Y MÁRTIR

PRIMERA LECTURA

De la Primera carta del apóstol san Juan 2, 3-11

Queridos hermanos: En esto tenemos una prueba de que conocemos a Dios, en que cumplimos sus mandamientos. El que dice: “Yo lo conozco”, pero no cumple sus mandamientos, es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero en aquel que cumple su Palabra, el amor de Dios ha llegado a su plenitud, y precisamente en esto conocemos que estamos unidos a Él. El que afirma que permanece en Cristo debe vivir como Él vivió.
Hermanos míos, no les escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, que ustedes tenían desde el principio. Este mandamiento antiguo es la Palabra que han escuchado y, sin embargo, es un mandamiento nuevo este que les escribo; nuevo en él y en ustedes, porque las tinieblas pasan y la luz verdadera alumbra ya.
Quien afirma que está en la luz y odia a su hermano, está todavía en las tinieblas. Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza. Pero quien odia a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas y no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos. palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 95
R/.Cantemos la grandeza del Señor.
Cantemos al Señor un nuevo canto, / que le cante al Señor toda la tierra; / cantemos al Señor y bendigámoslo. R/.
Proclamemos su amor día tras día, / su grandeza anunciemos a los pueblos; / de nación en nación, sus maravillas.R/.
Ha sido el Señor quien hizo el cielo; / hay gran esplendor en su presencia / y lleno de poder está su templo.R/.




EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Lucas 2, 22-35

Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la Ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la Ley: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la Ley, un par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la Ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo:
“Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos, luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel”.
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: “Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma”.

Palabra del Señor.

 

 LECTIO DIVINA

Para meditar

• María y José llevaron al niño Jesús al templo para presentarlo al Señor, según la ley mosaica: “Todo primogénito varón será consagrado al Señor”, y para entregar la ofrenda prescrita para el rescate: un par de tórtolas o dos pichones. Era la ofrenda de los pobres. Dichoso el anciano Simeón, a quien el paso de los años, en vez de apagar su pupila, le dio una visión más penetrante para ver en aquella presentación tan rutinaria como las demás a una pareja distinta y a un niño sin par, el mesías de Dios. Con razón “el Espíritu Santo moraba en él”.
 

La intervención de Simeón, encarnación de la expectativa mesiánica del pueblo israelita, contiene una proclamación en su primera parte y una profecía en la segunda; y es un compendio de cristología, pues llama a Jesús salvador, luz del mundo y gloria de Israel, prediciendo finalmente su pasión gloriosa. A base de citas implícitas del profeta Isaías, hay en el texto bíblico y en boca del anciano una proclamación solemne, casi oficial, de Jesús como el mesías esperado. Pero como un contraluz hiriente a los ojos, se añade el anuncio del drama paradójico de Cristo: ser piedra de escándalo, bandera discutida y signo de contradicción, que dejará en evidencia la actitud de los corazones respecto de Él.
 

Algo que el paso del tiempo ha confirmado y se encarga de verificar. Cristo y su Evangelio siguen siendo contestados y dividen a los hombres; división que se traduce hoy con características propias. No se trataría tanto de una opción a favor o en contra de Cristo cuanto de una actitud de fe o de increencia. Pero el tipo de increencia que hoy priva no suele ser el ateísmo militante y combativo, sino más bien la indiferencia religiosa, la abstención y el agnosticismo. Simplemente se pasa de Dios; o se intenta pasar, porque no es tan fácil prescindir de Él. La pregunta sobre Dios es la más constante en la historia del hombre, a pesar de todos los cambios, revoluciones y progreso técnico; pero varía su formulación.

Para reflexionar

¿La luz del niño de Belén pone al descubierto nuestra pertenencia al reino de la luz? ¿Miramos la acción misionera de la Iglesia como un comunicar a todos a Cristo, luz de las naciones?

Oración final
Que sepamos bendecirte en todo momento y alabarte en tiempos de crisis. Danos un corazón de discípulos abiertos a tu Palabra, como la tenía Simeón, el pobre de Yahvé.Amén.


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