Logo San Pablo

Pan de la Palabra


07 Mayo 2022

  • Feria – Semana 3ª de Pascua
  • Santa Flavia Domitila

PRIMERA LECTURA

Del libro de los Hechos de los Apóstoles 9, 31-42

En aquellos días, las comunidades cristianas gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaria, con lo cual se iban consolidando, progresaban en la fidelidad a Dios y se multiplicaban, animadas por el Espíritu Santo. Pedro recorría toda la región y una vez fue a visitar a los fieles que vivían en Lida. Ahí encontró a un hombre, llamado Eneas, que tenía ya ocho años de estar en cama, paralítico. Pedro le dijo: “Eneas, Jesucristo te da la salud. Levántate y tiende tu cama”. Eneas se levantó inmediatamente; y todos los habitantes de Lida y de la llanura de Sarón que lo vieron, se convirtieron al Señor. Había en Jafa, entre los discípulos, una mujer llamada Tabitá (que significa “gacela”), la cual hacía infinidad de obras buenas y repartía limosnas. En aquellos días cayó enferma y murió. Lavaron su cadáver y lo tendieron en una habitación del segundo piso. Como Lida está cerca de Jafa, los discípulos, sabiendo que Pedro estaba allá, enviaron dos hombres para suplicarle que fuera a Jafa sin tardar. Pedro fue con ellos. Tan pronto como llegó, lo condujeron a la habitación del segundo piso. Allí lo rodearon todas las viudas, llorando y mostrándole las túnicas y los vestidos que Tabitá les había hecho, cuando aún vivía. Pedro mandó salir a todos, se postró de rodillas y se puso a orar; luego dirigiéndose a la muerta, dijo: “Tabitá, levántate”. Ella abrió los ojos y al ver a Pedro, se incorporó. Él la tomó de la mano y la levantó; llamó a los fieles y a las viudas y se la entregó viva. Esto se supo por toda Jafa y muchos creyeron en el Señor.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 115
R/. ¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Aleluya.

• ¿Cómo le pagaré al Señor / todo el bien que me ha hecho? / Levantaré el cáliz de salvación / e invocaré el nombre del Señor. R/.
• Cumpliré mis promesas al Señor / ante todo su pueblo. / A los ojos de Dios es muy penoso / que mueran sus amigos. R/.

• De la muerte, Señor, me has librado, / a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava. / Te ofreceré con gratitud un sacrificio / e invocaré tu nombre. R/.

EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Juan 6, 60-69

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús dijeron al oír sus palabras: “Este modo de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir eso?”. Dándose cuenta Jesús de que sus discípulos murmuraban, les dijo: “¿Esto los escandaliza? ¿Qué sería si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da la vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida, y a pesar de esto, algunos de ustedes no creen”. (En efecto, Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo habría de traicionar). Después añadió: “Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede”. Desde entonces, muchos de sus discípulos se echaron para atrás y ya no querían andar con Él. Entonces Jesús les dijo a los doce: “¿También ustedes quieren dejarme?”. Simón Pedro le respondió: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

• La opción por Jesús. En la vida de todo creyente hay momentos en que se plantea una situación y una pregunta similar a la del evangelio de hoy. ¿Qué Dios seguimos o qué ídolo adoramos? ¿Continuamos con Jesús o lo abandonamos? Cuando nos cansamos de seguir el bien, la verdad, el amor y la justicia; cuando nos hartamos de ir a misa; cuando nos pesa la fidelidad a Dios y a los hermanos; cuando el mal nos circunda y asedia; cuando la duda y la increencia nos abruman; cuando, en una palabra, nos resulta dura la doctrina evangélica y nos parece insoportable el modo cristiano de pensar y de actuar, estamos tentados a decir: ¿Quién puede convertirlo en norma de su vida? Solamente un santo o un tonto; y yo no soy ninguna de las dos cosas.

 

Entonces nos pregunta Jesús: ¿también tú quieres marcharte y dejarme? Constantemente hemos de elegir entre varios dioses y señores. O el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo –y solo entonces podremos llamarnos cristianos– o bien el dios dinero y poder, el dios placer y sexo, soberbia y egoísmo, vanidad y belleza, bienestar y consumo. Pero ninguno de estos segundos ofrece garantía ni tiene palabras de vida eterna.

 

Todos vamos buscando en la vida algo que nos llene, nos satisfaga y nos realice como personas. Así procede ya el niño, aunque de modo inconsciente y egoísta. Igualmente, el joven que busca un sitio en la sociedad, un puesto de trabajo y un amor que llene de color su vida. Lo mismo el adulto, los casados y los padres de familia que desean sacar adelante el hogar y los hijos, para quienes sueñan lo mejor. Incluso el anciano mantiene su secreta esperanza.

 

para reflexionar

• ¿La Palabra del Señor es luz y consuelo en nuestros momentos de prueba?

 

ORACIÓN

En ti, Señor, hemos puesto nuestra total confianza. No nos dejes ceder a la tentación del miedo vergonzante, sino mantennos firmes en nuestra opción por Jesús. Amén.

 


Complementa los ocho (8) pasos de la Lectio Divina adquiriendo el Misal Pan de la Palabra en:


 

 


Suscríbete a nuestro newsletter ENTÉRATE DE LAS ÚLTIMAS NOVEDADES Y RECIBE DESCUENTOS EXCLUSIVOS

whatsapp chat