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Pan de la Palabra


03 Junio 2022

  • Memoria obligatoria – Semana 7ª de Pascua
  • Rojo
  • SANTOS CARLOS LWANGA Y COMPAÑEROS, MÁRTIRES

PRIMERA LECTURA

Del libro de los Hechos de los Apóstoles 25, 13-21

En aquellos días, el rey Agripa y Berenice llegaron a Cesarea para saludar a Festo. Como se detuvieron algún tiempo allí, Festo expuso al rey el caso de Pablo con estas palabras: “Tengo aquí un preso que me dejó Félix, cuya condenación me pidieron los sumos sacerdotes y los ancianos de los judíos, cuando estuve en Jerusalén. Yo les respondí que no era costumbre romana condenar a ningún hombre, sin carearlo antes con sus acusadores, para darle la oportunidad de defenderse de la acusación.

Vinieron conmigo a Cesarea, y sin dar largas al asunto, me senté en el tribunal al día siguiente y mandé que compareciera ese hombre. Los acusadores que se presentaron contra él, no le hicieron cargo ninguno de los delitos que yo sospechaba. Se trataba sólo de ciertas discusiones acerca de su religión y de un tal Jesús, ya muerto, que Pablo asegura que está vivo. No sabiendo qué determinación tomar, le pregunté a Pablo si quería ir a Jerusalén para que se le juzgara allá de esos cargos; pero como él pidió ser juzgado por el César, ordené que siguiera detenido hasta que yo pudiera enviárselo”.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 102
R/. Bendigamos al Señor, que es el rey del universo. Aleluya.

• Bendice al Señor, alma mía, / que todo mi ser bendiga su santo nombre. / Bendice al Señor, alma mía, / y no te olvides de sus beneficios.  R/.
• Como desde la tierra hasta el cielo, / así es de grande su misericordia; / como dista el Oriente del ocaso, / así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.

• En el cielo el Señor puso su trono / y su reino abarca el universo. / Bendigan al Señor todos los ángeles, / ejecutores fieles de sus órdenes. R/.

 

EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Juan 21, 1a.15-19

En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?”. Él le contestó: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis corderos”. Por segunda vez le preguntó: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”. Él respondió: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Pastorea mis ovejas”. Por tercera vez le preguntó: “Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?”. Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó: “Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”. Yo te aseguro: “Cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras”. Esto se lo dijo para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo: “Sígueme”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR 

En la triple pregunta de Cristo: “Simón, ¿me amas?”, y en la correspondiente respuesta del apóstol con su triple y humilde: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”, hay por parte de Jesús una rehabilitación de Pedro en su condición de discípulo después de su triple negativa en la noche de la pasión. Es su oportunidad y su desquite. A cada respuesta de Pedro, añade Jesús: Apacienta mis ovejas. Es su triple investidura pastoral, que consuma la rehabilitación con tal puesto de confianza. Encontramos, pues, aquí un testimonio escrito a finales del siglo primero en que aparece la estima comunitaria sobre la misión y autoridad pastoral de Pedro en la Iglesia.

 

El ministerio de Pedro –y de su sucesor el papa, obispo de Roma– es el primado del servicio y de la caridad en la Iglesia de Cristo. Carisma que no se le concede para prestigio propio ni se basa en su capacidad personal y extraordinaria, pues es patente su debilidad humana. Todo es gracia, don y presencia invisible de Jesús por la fuerza de su Espíritu.

 

Textos evangélicos como el de hoy nos despiertan la nostalgia ecuménica por los hermanos separados, como veíamos ayer. Somos conscientes de que la doctrina del primado y cátedra de Pedro es precisamente la piedra de tropiezo y el máximo punto conflictivo en el movimiento de unión de las Iglesias cristianas. Es también el escollo mayor que pastores y teólogos ortodoxos, anglicanos y protestantes de las distintas confesiones ven en el diálogo de la Iglesia católica con las demás Iglesias que siguen a Cristo, conservan la Palabra de Dios en la Biblia y rezan al mismo Padre común.

 

para reflexionar

• Cómo podemos, de acuerdo a nuestras circunstancias, responder a la pregunta de Jesús: “¿En verdad me amas?”. ¿Cómo se manifiesta ese amor?

 

ORACIÓN

Señor Jesús, estamos seguros en la fe de que tú vives en nosotros y estás presente en cada hombre y mujer, nuestros hermanos. Haz que nos entreguemos a la apasionante tarea de amarte, queriendo sin medida a los demás. Acompaña en su servicio a los pastores de tu pueblo y reúne en tu Iglesia a los hijos de Dios dispersos. Amén.

 


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