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Pan de la Palabra


10 Junio 2022

  • Semana 10ª del Tiempo Ordinario
  • Verde
  • Beato Juan Dominici.

PRIMERA LECTURA

Del Primer libro de los Reyes 19, 9a.11-16

Al llegar al monte de Dios, el Horeb, el profeta Elías entró en una cueva y permaneció allí. El Señor le dijo: “Sal de la cueva y quédate en el monte para ver al Señor, porque el Señor va a pasar”. Así lo hizo Elías, y al acercarse el Señor, vino primero un viento huracanado, que partía las montañas y resquebrajaba las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Se produjo después un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Luego vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego se escuchó el murmullo de una brisa suave. Al oírlo, Elías se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la cueva.

Entonces oyó una voz que le dijo: “¿Qué haces aquí, Elías?”. Él respondió: “Me consume el celo por tu honra, Señor, Dios de los ejércitos, porque los israelitas han abandonado tu Alianza, han derribado tus altares y asesinado a tus profetas; solo quedo yo y me andan buscando para matarme”. El Señor le dijo: “Desanda tu camino hacia el desierto de Damasco. Ve y unge a Jazael como rey de Siria; a Jehú, hijo de Nimsí, como rey de Israel; y a Eliseo, hijo de Safat, úngelo como profeta, sucesor tuyo”.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 26
R/. Oye, Señor, mi voz y mis clamores.

• Oye, Señor, mi voz y mis clamores / y tenme compasión; / el corazón me dice que te busque / y buscándote estoy. R/.
• No rechaces con cólera a tu siervo, / tú eres mi único auxilio; / no me abandones ni me dejes solo, / Dios y salvador mío. R/.

• La bondad del Señor espero ver / en esta misma vida. / Ármate de valor y fortaleza / y en el Señor confía. R/

 

EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Mateo 5, 27-32

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No cometerás adulterio; pero yo les digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Por eso, si tu ojo derecho es para ti ocasión de pecado, arráncatelo y tíralo lejos, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo. Y si tu mano derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela y arrójala lejos de ti, porque más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo. También se dijo antes: El que se divorcie, que le dé a su mujer un certificado de divorcio; pero yo les digo que el que se divorcia, salvo el caso de que vivan en unión legítima, expone a su mujer al adulterio, y el que se casa con una divorciada comete adulterio”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR 

• Declarado el espíritu de la ley nueva o nueva justicia, Jesús lo explica descendiendo a algunos puntos significativos. Son las seis antítesis, de las que ayer veíamos la primera. Hoy leemos la segunda y tercera, referentes al adulterio y divorcio, respectivamente.

 

Las antítesis de Jesús contraponen cumplimiento externo y actitudes interiores. Así descalifica Cristo la casuística del mínimo legal, que se da por satisfecha con la observancia de la sola letra de la ley. Él urge más bien el espíritu de la norma, una observancia animada por el amor sin límites, que es lo que viene a dar plenitud a la ley.

 

Si Cristo da la primacía al espíritu sobre la letra, es para mostrarnos que el seguimiento evangélico no se limita a la fidelidad legalista a un código de preceptos. Es el peligro que nos acecha continuamente. Pero la moral cristiana, la ética auténticamente religiosa, es más que eso. Toda nuestra vida, animada por la fe, ha de ser respuesta personal al don amoroso de Dios, manifestado en Cristo. El objetivo fundamental de la ley de Cristo es hacernos hijos libres de Dios y no esclavos de la letra escrita.

 

Mientras no nos sintamos liberados del legalismo tacaño porque nuestro amor, como el de los santos, va mucho más allá de los límites de la letra de la norma, no habremos captado el mensaje evangélico del discurso del monte. La radicalidad de la ley de Jesús es el dinamismo progresivo del amor. Cobran así primacía las actitudes interiores y la opción fundamental por Dios y su Reino, sobre los mismos actos externos; aunque sin descuidar estos, para no incurrir en un espejismo laxista.

 

para reflexionar

• ¿Hacemos de la Palabra de Dios, la fe, la religión, el respeto a la vida, los mayores tesoros? ¿La fidelidad, la reverencia, el respeto son valores que caracterizan nuestra vida?

 

ORACIÓN

Te pedimos, Señor, vivir gozosamente la ley de Cristo en libertad y fidelidad, al límite máximo y no al mínimo. Así tu ley será nuestro gozo y nuestra fortaleza. Amén.

 


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