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Pan de la Palabra


15 Julio 2022

  • Memoria obligatoria – Semana 15ª del Tiempo Ordinario
  • Blanco
  • SAN BUENAVENTURA, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA

PRIMERA LECTURA

Del libro del profeta Isaías 38, 1-6.21-22.7-8

En aquel tiempo, el rey Ezequías enfermó de muerte y vino a verlo el profeta Isaías, hijo de Amós, y le dijo: “Esto dice el Señor: ‘Arregla todos tus asuntos, porque no te vas a aliviar y te vas a morir’”. Ezequías volvió la cara hacia la pared, oró al Señor y dijo: “Acuérdate, Señor, de que te he servido con fidelidad y rectitud de corazón y de que he hecho siempre lo que a ti te agrada”. Y lloró con abundantes lágrimas. Entonces el Señor le habló a Isaías y le dijo: “Ve a decirle a Ezequías: ‘Esto dice el Señor, Dios de tu padre, David: he escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a curarte y en tres días podrás ir al templo del Señor.

Voy a darte quince años más de vida. Te libraré de la mano del rey de Asiria a ti y a tu ciudad, y protegeré a Jerusalén’”. Dijo entonces Isaías: “Traigan un emplasto de higos y aplíquenselo en la llaga para que se alivie”. Y Ezequías dijo: “¿Cuál es la señal de que podré ir al templo del Señor?”. Respondió Isaías: “Esta será para ti la señal de que el Señor cumplirá las cosas que te ha dicho: voy a hacer que la sombra retroceda los diez grados que ha avanzado en el reloj de sol de Ajaz”. Y el sol retrocedió los diez grados que había avanzado.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Isaias 38
R/.
 Sálvame, Señor, y viviré.

• Yo pensaba que a la mitad de mi vida / tendría que dirigirme hacia las puertas del abismo / y me privarían del resto de mis años. R/.
• Yo pensaba que ya no volvería a ver al Señor / en la tierra de los vivos, / que ya no volvería a ver a los hombres / entre los habitantes del mundo. R/.

• Levantan y enrollan mi vida / como una tienda de pastores. / Como un tejedor tejía yo mi vida, / y me cortaron la trama. R/.

• A los que Dios protege viven, / y entre ellos vivirá mi espíritu; / me has curado, / me has hecho revivir. R/.

 

EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Mateo 12, 1-8

Un sábado, atravesaba Jesús por los sembrados. Los discípulos, que iban con Él, tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse los granos. Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús: “Tus discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado”. Él les contestó: “¿No han leído ustedes lo que hizo David una vez que sintieron hambre él y sus compañeros? ¿No recuerdan cómo entraron en la casa de Dios y comieron los panes sagrados, de los cuales ni él ni sus compañeros podían comer, sino tan solo los sacerdotes? ¿Tampoco han leído en la ley que los sacerdotes violan el sábado porque ofician en el templo y no por eso cometen pecado? Pues yo les digo que aquí hay alguien más grande que el templo. Si ustedes comprendieran el sentido de las palabras: ‘Misericordia quiero y no sacrificios’, no condenarían a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

• La ley del descanso sabático. Los tres evangelistas sinópticos refieren el pasaje de las espigas arrancadas en sábado por los discípulos de Jesús; pero parece ser Mateo, cuyo evangelio leemos hoy, el que presenta la versión más primitiva del incidente, pues escribe para judíos sobre una cuestión judía. La controversia se entabla entre Jesús y los fariseos, que le dicen: Mira, tus discípulos están haciendo algo que no está permitido en sábado: arrancar espigas. Ellos lo hacían “porque tenían hambre”. Entonces Jesús defiende a los suyos, basándose en dos ejemplos, en una reflexión sobre la misericordia y en su propia autoridad.

 

Apela en primer lugar al ejemplo de David; algo que tiene aplicación a cualquier ley, y no solo al sábado. Cuando David y sus hombres desfallecían de hambre en su huida de Saúl, comieron los panes del templo reservados a los sacerdotes. Asimismo, añade Jesús, los sacerdotes pueden violar el sábado en el servicio del templo sin incurrir en culpa. “Pues yo les digo que aquí hay uno que es más que el templo”, concluye refiriéndose a sí mismo.

 

A estos dos ejemplos suma Cristo una reflexión: “Si comprendieran lo que significa ‘quiero misericordia y no sacrificios’, no condenarían a los que no tienen culpa”. Es un ataque a los inmisericordes fariseos. La misericordia de Dios, ofertando la salvación a todos, no se casa con la tiranía del ritualismo sabático, tal como lo proponían letrados y fariseos.

 

para reflexionar

• ¿Cómo es nuestra oración y cómo vivimos las prácticas de piedad: como expresiones de una fe sincera, o como evasión de la realidad y del compromiso?

 

ORACIÓN FINAL

Señor Jesús, concédenos seguir tu ejemplo por la obediencia de la fe, para poder celebrar contigo tu eterno día de fiesta. Amén.

 


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