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Pan de la Palabra


25 Julio 2022

  • Oficio: Propio
  • SANTIAGO, APÓSTOL

PRIMERA LECTURA

De la Segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4, 7-15

Hermanos: Llevamos este tesoro en vasijas de barro, para que se vea que esta fuerza tan extraordinaria proviene de Dios y no de nosotros mismos. Por eso sufrimos toda clase de pruebas, pero no nos angustiamos. Nos abruman las preocupaciones, pero no nos desesperamos. Nos vemos perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no vencidos. Llevamos siempre y por todas partes la muerte de Jesús en nuestro cuerpo, para que en este mismo cuerpo se manifieste también la vida de Jesús.

Nuestra vida es un continuo estar expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. De modo que la muerte actúa en nosotros, y en ustedes, la vida. Y como poseemos el mismo espíritu de fe que se expresa en aquel texto de la Escritura: Creo, por eso hablo, también nosotros creemos y por eso hablamos, sabiendo que aquel que resucitó a Jesús nos resucitará también a nosotros con Jesús y nos colocará a su lado con ustedes. Y todo esto es para bien de ustedes, de manera que, al extenderse la gracia a más y más personas, se multiplique la acción de gracias para gloria de Dios.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 125
R/.
 Entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que siembran con dolor.

• Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, / creíamos soñar; / entonces no cesaba de reír nuestra Lunes 25 • 142 • boca, / ni se cansaba entonces la lengua de cantar. R/.
• Aun los mismos paganos con asombro decían: / “¡Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor!”. / Y estábamos alegres, / pues ha hecho grandes cosas por su pueblo el Señor. R/.

• Como cambian los ríos la suerte del desierto, / cambia también ahora nuestra suerte, Señor, / y entre gritos de júbilo / cosecharán aquellos que siembran con dolor. R/.

• Al ir, iban llorando, cargando la semilla; / al regresar, cantando vendrán con sus gavillas. R/.

 

EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Mateo 20, 20-28

En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los hijos de Zebedeo, junto con ellos, y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: “¿Qué deseas?”. Ella respondió: “Concédeme que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, en tu Reino”. Pero Jesús replicó: “No saben ustedes lo que piden. ¿Podrán beber el cáliz que yo he de beber?”. Ellos contestaron: “Sí, podemos”.

Y Él les dijo: “Beberán mi cáliz, pero eso de sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; es para quien mi Padre lo tiene reservado”. Al oír aquello, los otros diez discípulos se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: “Ya saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. Que no sea así entre ustedes. El que quiera ser grande entre ustedes, que sea el que los sirva, y el que quiera ser primero, que sea su esclavo; así como el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar la vida por la redención de todos”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

• Hizo decapitar a Santiago. Muy pronto supo la primera comunidad lo que iban a ser las dificultades, la persecución y el martirio. Las autoridades religiosas les prohibían hablar de Jesús, aunque no consiguieron hacerles callar: “Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor con mucho valor”. El rey Herodes Agripa I (nieto de Herodes el Grande), seguramente para congraciarse con los judíos, “hizo decapitar a Santiago, hermano de Juan”, como nos ha anunciado escuetamente el pasaje de los Hechos. Era la Pascua del año 44.

 

Mi cáliz lo beberán. En el evangelio no se ocultan algunos rasgos no demasiado favorables a Santiago. Como su hermano Juan, aparece en la escena de hoy ambicioso, buscando grandeza y poder. La petición la pone Mateo en labios de su madre, Salomé, pero no andarían lejos ellos, para irritación de los demás apóstoles, que también hubieran querido pedir lo mismo.

Debemos aprender del apóstol Santiago a dar valiente testimonio de Cristo en medio de una sociedad secularizada y preocupada por otros valores. A él las autoridades no lo dejaban hablar del Resucitado, pero “obedeció antes a Dios que a los hombres” y siguió anunciándolo hasta la muerte.

 

La sociedad de la que formamos parte no está precisamente muy predispuesta a la fe cristiana y a los valores del Evangelio. Incluso puede ejercer una más o menos solapada persecución sobre los seguidores de Jesús. ¿Cómo reaccionamos ante esta pérdida de fe y ante estas dificultades? ¿Nos dejamos intimidar por el mundo o, de verdad, “obedecemos antes a Dios que a los hombres”? El ejemplo de Santiago nos invita a ser fieles a Cristo y a difundir esta fe en torno nuestro.

 

PARA REFLEXIONAR

 ¿Nuestra oración es una conversación amorosa con el Padre o una lista de peticiones y demandas?

 

ORACIÓN FINAL

Señor Jesús, nuestra vocación de discípulos y misioneros es una vocación al servicio. Ayúdanos a rezar, a predicar, a sacrificarnos para que tú seas más amado. Amén.

 


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