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Pan de la Palabra


03 Enero 2023

  • Feria o Memoria libre - Tiempo de Navidad / Salterio: 2ª semana
  • Blanco
  • EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS

PRIMERA LECTURA

De la Primera carta del apóstol san Juan 2, 29–3, 6

Queridos hijos: Si ustedes saben que Dios es santo, tienen que reconocer que todo el que practica la santidad ha nacido de Dios. Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no solo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a Él. Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando Él se manifieste, vamos a ser semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es. Y todo el que tiene puesta en Él esta esperanza, procura ser santo, como Jesucristo es santo. Todo el que comete pecado quebranta la ley, puesto que el pecado es quebrantamiento de la ley. Y si saben ustedes que Dios se manifestó para quitar los pecados, es porque en Él no hay pecado. Todo el que permanece en Dios, no peca. Todo el que vive pecando, es como si no hubiera visto ni conocido a Dios.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 97

R. Aclamemos con júbilo al Señor.

• Cantemos al Señor un canto nuevo, / pues ha hecho maravillas. / Su diestra y su santo brazo / le han dado la victoria. R/.


• La tierra entera ha contemplado / la victoria de nuestro Dios. / Que todos los pueblos y naciones / aclamen con júbilo al Señor. R/.


• Cantemos al Señor al son del arpa, / suenen los instrumentos. / Aclamemos al son de los clarines / al Señor, nuestro rey. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Juan 1, 29-34

En aquel tiempo, vio Juan el Bautista a Jesús, que venía hacia él, y exclamó: “Este es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo he dicho: ‘El que viene después de mí, tiene precedencia sobre mí, porque ya existía antes que yo’. Yo no lo conocía, pero he venido a bautizar con agua, para que Él sea dado a conocer a Israel”. Entonces Juan dio este testimonio: “Vi al Espíritu descender del cielo en forma de paloma y posarse sobre Él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que baja y se posa el Espíritu Santo, ese es el que ha de bautizar con el Espíritu Santo’. Pues bien, yo lo vi y doy testimonio de que este es el Hijo de Dios”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

• El Hijo de Dios se ha hecho hermano nuestro, y por tanto todos hemos quedado constituidos hijos en el Hijo. Y eso que “aún no se ha manifestado lo que seremos”, porque cuando se nos manifieste Cristo, “seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es”.

 

Son muchas las manifestaciones del pecado que se nos ofrecen hoy como ideales de vida por parte de la sociedad de consumo, materialista, frívola y superficial que nos rodea. Los cristianos debemos tener conciencia crítica para saber discernir entre las propuestas del mundo aquello que nos acerca a Dios y lo que, por el contrario, nos aleja de Él y pone en peligro nuestro destino definitivo de salvación en Dios.

 

Llamarnos y ser hijos de Dios es la mejor gracia de la Navidad. Y es también la mejor noticia para empezar el año. A lo mejor seremos personas débiles, con poca suerte, delicados de salud, sin grandes éxitos en la vida. Pero una cosa no nos la puede quitar nadie: Dios nos ama, nos conoce, nos ha hecho hijos suyos, y a pesar de nuestra debilidad.

 

Las lecturas de hoy nos hacen mirar también a los demás con ojos nuevos: porque ellos también son hijos del mismo Dios, y por tanto hermanos nuestros. Si queremos ser testigos auténticos de Jesús en el mundo, debemos esforzarnos por vivir una relación de comunión cada vez más estrecha con Él. Y esto no solo se logra en la oración, sino con nuestras actitudes de servicio y solidaridad podemos seguir mostrando a Jesús como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

Cada Eucaristía debería aumentar nuestro amor de hijos, nuestra confianza en el poder perdonador de Cristo, y a la vez nuestra actitud más fraterna con todas las personas que encontramos en nuestro camino.

 

para reflexionar

Como fruto de esta Navidad, ¿seremos mejores testigos de Cristo, como el Bautista? ¿Nos preocuparemos más de los demás, anunciándoles al Cristo que quita el pecado del mundo y da sentido a nuestra vida?

 

ORACIÓN FINAL

Señor Jesús, ayúdanos a no quedarnos en la superficialidad de quienes solo oyen hablar de ti, pero no tienen una relación personal para conocer tu voluntad. Amén.

 


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