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Pan de la Palabra


24 Enero 2023

  • Memoria obligatoria – Semana 3ª del Tiempo Ordinario
  • Blanco
  • SAN FRANCISCO DE SALES, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA

PRIMERA LECTURA

De la Carta a los Hebreos 10, 1-0

Hermanos: Puesto que la ley de la antigua alianza no contiene la imagen real de los bienes definitivos, sino solamente una sombra de ellos, es absolutamente incapaz, por medio de los sacrificios, siempre iguales y ofrecidos sin cesar año tras año, de hacer perfectos a quienes intentan acercarse a Dios. Porque si la ley fuera capaz de ello, ciertamente tales sacrificios hubieran dejado de ofrecerse, puesto que los que practican ese culto, de haber sido purificados para siempre, no tendrían ya conciencia de pecado. Por el contrario, con esos sacrificios se renueva cada año la conciencia de los pecados, porque es imposible que pueda borrarlos la sangre de toros y machos cabríos.

Por eso, al entrar al mundo, Cristo dijo, conforme al salmo: No quisiste víctimas ni ofrendas; en cambio, me has dado un cuerpo. No te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado; entonces dije –porque a mí se refiere la Escritura–: “Aquí estoy, Dios mío; vengo para hacer tu voluntad”. Comienza por decir: No quisiste víctimas ni ofrendas, no te agradaron los holocaustos ni los sacrificios por el pecado –siendo así que eso es lo que pedía la ley–; y luego añade: “Aquí estoy, Dios mío; vengo para hacer tu voluntad”. Con esto, Cristo suprime los antiguos sacrificios, para establecer el nuevo. Y en virtud de esta voluntad, todos quedamos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez por todas.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 39

R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

• Esperé en el Señor con gran confianza; / Él se inclinó hacia mí y escuchó mis plegarias. / Él me puso en la boca un canto nuevo, / un himno a nuestro Dios. R/.

• Sacrificios y ofrendas no quisiste, / abriste, en cambio, mis oídos a tu voz. / No exigiste holocaustos por la culpa, / así que dije: “Aquí estoy”. R/.

• He anunciado tu justicia / en la gran asamblea; / no he cerrado mis labios: / tú lo sabes, Señor. R/.

• No callé tu justicia, antes bien, proclamé tu lealtad y tu auxilio. / Tu amor y tu lealtad no los he ocultado / a la gran asamblea. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Marcos 3, 31-35

En aquel tiempo, llegaron a donde estaba Jesús, su madre y sus parientes; se quedaron fuera y lo mandaron llamar. En torno a Él estaba sentada una multitud, cuando le dijeron: “Ahí fuera están tu madre y tus hermanos, que te buscan”. Él les respondió: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?”. Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que cumple la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

• Deberíamos distinguir entre estas dos clases de sacrificios: ofrecer a Dios “algo” o bien ofrecernos nosotros mismos, nuestra persona, nuestra obediencia, nuestra vida. Esta entrega personal es la que Cristo nos ha enseñado. El sacrificio externo y ritual solo tiene sentido si va unido al personal y existencial. El sacrificio ritual es más fácil… 

 

Es interesante que, en las tres plegarias eucarísticas de las misas con niños, junto a la ofrenda del único sacrificio de Cristo, se expresa también nuestra ofrenda personal: “acéptanos a nosotros juntamente con él”, “para que te lo ofrezcamos corno sacrificio nuestro y junto con él nos ofrezcamos a ti”, “te pedirnos que nos recibas a nosotros con tu Hijo querido”. Para que ya desde niños aprendamos a ofrecernos por la salvación del mundo, corno Jesús.

 

Nosotros, como personas que creemos y seguimos a Cristo, pertenecemos a su familia. Esto nos llena de alegría. Por eso podemos decir con confianza la oración que Jesús nos enseñó: “Padre nuestro”. Somos hijos y somos hermanos. Hemos entrado en la comunidad nueva del Reino.

 

En ella nos alegramos también de que esté la Virgen María, la Madre de Jesús. Si de alguien se puede decir que “ha cumplido la voluntad de Dios” es de ella, la que respondió al ángel enviado de Dios: “Hágase en mí según tu Palabra”. Ella es la mujer creyente, la totalmente disponible ante Dios. Incluso antes que su maternidad física, tuvo María de Nazaret este otro parentesco que aquí anuncia Cristo, el de la fe. Como decían los Santos Padres, ella acogió antes al Hijo de Dios en su mente por medio de la fe que en su seno por su maternidad.

 

Por eso es María para nosotros buena maestra, porque fue la mejor discípula en la escuela de Jesús. Y nos señala el camino de la vida cristiana: escuchar la Palabra, meditarla en el corazón y llevarla a la práctica.

 

para reflexionar

¿Nuestros pensamientos son acordes con la voluntad de Dios o, por el contrario, siguen la lógica de la sociedad actual, frívola y consumista?

 

ORACIÓN FINAL

Señor, que se haga tu voluntad así en la tierra como en el cielo. Y que, como María, podamos decir: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”. Amén.

 


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