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Pan de la Palabra


24 Febrero 2023

  • Salterio: 4ª semana – Tiempo de Cuaresma
  • Morado
  • VIERNES DESPUÉS DE CENIZA

PRIMERA LECTURA

Del libro del profeta Isaías 58, 1-9a

Esto dice el Señor: “Clama a voz en cuello y que nadie te detenga. Alza la voz como trompeta. Denuncia a mi pueblo sus delitos, a la casa de Jacob sus pecados. Me buscan día a día y quieren conocer mi voluntad, como si fuera un pueblo que practicara la justicia y respetara los juicios de Dios. Me piden sentencias justas y anhelan tener cerca a Dios. Me dicen todos los días: ‘¿Para qué ayunamos, si tú no nos ves? ¿Para qué nos sacrificamos, si no te das por enterado?’. Es que el día en que ustedes ayunan encuentran la forma de hacer negocio y oprimen a sus trabajadores. Es que ayunan, sí, para luego reñir y disputar, para dar puñetazos sin piedad. Ese no es un ayuno que haga oír en el cielo la voz de ustedes. ¿Acaso es este el ayuno que me agrada? ¿Es esta la mortificación que yo acepto del hombre: encorvar la cabeza como un junco y acostarse sobre saco y ceniza? ¿A esto llaman ayuno y día agradable al Señor? El ayuno que yo quiero de ti es este, dice el Señor: Que rompas las cadenas injustas y levantes los yugos opresores; que liberes a los oprimidos y rompas todos los yugos; que compartas tu pan con el hambriento y abras tu casa al pobre sin techo; que vistas al desnudo y no des la espalda a tu propio hermano. Entonces surgirá tu luz como la aurora y cicatrizarán de prisa tus heridas; te abrirá camino la justicia y la gloria del Señor cerrará tu marcha. Entonces clamarás al Señor y te responderá; lo llamarás y te dirá: ‘Aquí estoy’”.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 50

R.  Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias.

• Por tu inmensa compasión y misericordia, / Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. / Lávame bien de todos mis delitos / y purifícame de mis pecados. R/.


• Puesto que reconozco mis culpas, / tengo siempre presentes mis pecados. / Contra ti solo pequé, Señor, / haciendo lo que a tus ojos era malo. R/.

• Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios / y si te ofreciera un holocausto, no te agradaría. / Un corazón contrito te presento, / y a un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según San Mateo 9, 14-15

En aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos no ayunan, mientras nosotros y los fariseos sí ayunamos?”. Jesús les respondió: “¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo, mientras él está con ellos? Pero ya vendrán días en que les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

• La lista de “obras de misericordia” que recuerda Isaías tiene plena actualidad para nosotros: el ayuno cuaresmal debe ir unido a la caridad, a la justicia, a la ayuda concreta a los más marginados, a la amnistía concedida a los que tenemos “secuestrados”. Todavía más en concreto: “No cerrarte a tu propia carne”, o sea, a los miembros de nuestra familia, de nuestra comunidad, que son a los que más nos cuesta aceptar, porque están más cerca.

 

Nuestro ayuno cuaresmal no es signo de tristeza. Tenemos al Novio entre nosotros: el Señor resucitado, en quien creemos, a quien seguimos, a quien recibimos en cada Eucaristía, a quien festejamos gozosamente en cada Pascua.

 

Por eso tiene sentido el ayuno. Un ayuno de preparación, de reorientación continuada de nuestra vida. Un ayuno que significa relativizar muchas cosas secundarias para no distraemos. Un ayuno serio, aunque no triste. Es benéfico para todos ayunar: privarnos voluntariamente de algo lícito, pero no necesario, válido pero relativo. Eso nos puede abrir más a Dios, a la Pascua de Jesús, y también a la caridad con los demás.

 

Como dice el tercer prefacio de Cuaresma: “Con nuestras privaciones voluntarias (las prácticas cuaresmales) nos enseñas a reconocer y agradecer tus dones (apertura a Dios), a dominar nuestro afán de suficiencia (autocontrol) y a repartir nuestros bienes con los necesitados, imitando así tu generosidad (caridad con el prójimo)”.

 

Muchos ayunan por prescripción médica, para guardar la línea o evitar el colesterol y las grasas excesivas. Los cristianos somos invitados, como signo de nuestra conversión pascual, a ejercitar alguna clase de ayuno en esta Cuaresma para aligerar nuestro espíritu (y también nuestro cuerpo), para no quedar embotados con tantas cosas, para sintonizar mejor con ese Cristo que camina hacia la cruz y también con tantas personas que no tienen lo suficiente para vivir dignamente.

 

para reflexionar

¿Estamos dispuestos a “no cerrarnos a nuestra propia carne”, o sea, a los miembros de nuestra familia, de nuestra comunidad, que son a los que más nos cuesta aceptar?

 

ORACIÓN FINAL

Te rogamos, Señor, que en esta Cuaresma busquemos con nuestros actos de piedad denunciar las realidades que privan al mundo de contemplar tu gracia. Amén.

 


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