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Pan de la Palabra


03 Julio 2023

  • Fiesta – Semana 13a del Tiempo Ordinario
  • Rojo
  • SANTO TOMÁS, APÓSTOL

PRIMERA LECTURA

De la Carta del apóstol san Pablo a los Efesios 2, 19-22

Hermanos: Ya no son ustedes extranjeros ni advenedizos; son conciudadanos de los santos y pertenecen a la familia de Dios, porque han sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles y de los profetas, siendo Cristo Jesús la piedra angular. Sobre Cristo, todo el edificio se va levantando bien estructurado, para formar el templo santo en el Señor, y unidos a Él también ustedes se van incorporando al edificio, por medio del Espíritu Santo, para ser morada de Dios.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 116
R. Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.

• Que alaben al Señor todas las naciones, / que lo aclamen todos los pueblos. R/.


• Porque grande es su amor hacia nosotros / y su fidelidad dura por siempre. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Juan 20, 24-29

Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré”. Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Luego le dijo a Tomás: “Aquí están mis manos, acerca tu dedo. Trae acá tu mano; métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree”. Tomás le respondió: “¡Señor mío y Dios mío!”. Jesús añadió: “Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

Lo más importante es no alejarse nunca de Jesús. Por otra parte, cuando los evangelios utilizan el verbo “seguir”, quieren dar a entender que adonde se dirige Él tiene que ir también su discípulo. De este modo, la vida cristiana se define como una vida con Jesucristo, una que hay que pasar juntamente con Él. San Pablo escribe algo parecido cuando tranquiliza a los cristianos de Corinto con estas palabras: “En vida y muerte están unidos en mi corazón”.

 

Obviamente, la relación que existe entre el apóstol y sus cristianos es la misma que tiene que existir entre los cristianos y Jesús: morir juntos, vivir juntos, estar en su corazón como Él está en el nuestro.

 

Cada vez que escuchamos o leemos estas palabras, podemos ponernos con el pensamiento junto a Tomás e imaginar que el Señor también habla con nosotros como habló con él. Al mismo tiempo, su pregunta también nos da el derecho, por decirlo así, de pedir aclaraciones a Jesús. Con frecuencia no lo comprendemos. Debemos tener el valor de decirle: no te entiendo, Señor, escúchame, ayúdame a comprender.

 

Como sabemos, ocho días después, Jesús vuelve a aparecerse a sus discípulos y en esta ocasión Tomás está presente. Y Jesús lo interpela: “Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente”. Tomás reacciona con la profesión de fe más espléndida del Nuevo Testamento: “Señor mío y Dios mío”. A este respecto, san Agustín comenta: Tomás “veía y tocaba al hombre, pero confesaba su fe en Dios, a quien ni veía ni tocaba. Pero lo que veía y tocaba lo llevaba a creer en lo que hasta entonces había dudado”. El evangelista prosigue con una última frase de Jesús dirigida a Tomás: “Porque me has visto has creído. Bienaventurados los que crean sin haber visto”.

 

PARA REFLEXIONAR

En nuestro camino de crecimiento espiritual, ¿nos hemos comportado en muchas ocasiones como Tomás? ¿Qué debemos hacer para no ser hombres incrédulos, sino gente de fe? ¿Cómo hacer realidad en nuestra vida esto que Jesucristo nos dice: “Felices los que creen sin haber visto”?

 

ORACIÓN FINAL

Señor, ayúdanos a tener fe siempre, en cada momento bueno y malo de nuestra vida, que no dudemos de que tú siempre estás con nosotros, cuidándonos y guiando nuestros pasos. Amén.


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