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Pan de la Palabra


06 Octubre 2023

  • Feria o Memoria libre – Semana 26ª del Tiempo Ordinario
  • Verde / Blanco
  • SAN BRUNO, PRESBÍTERO

PRIMERA LECTURA

Del libro del profeta Baruc 1, 15-22

“Reconocemos que el Señor, Dios nuestro, es justo, y todos nosotros, los habitantes de Judea y de Jerusalén, nuestros reyes y príncipes, nuestros sacerdotes, profetas y padres, nos sentimos hoy llenos de vergüenza, porque hemos pecado contra el Señor y no le hemos hecho caso; lo hemos desobedecido y no hemos escuchado su voz ni hemos cumplido los mandamientos que Él nos dio. Desde el día en que el Señor sacó de Egipto a nuestros padres hasta el día de hoy, no hemos obedecido al Señor, nuestro Dios, y nos hemos obstinado en no escuchar su voz. Por eso han caído ahora sobre nosotros las desgracias y la maldición que el Señor anunció por medio de Moisés, su siervo, el día en que sacó de Egipto a nuestros padres, para darnos una tierra que mana leche y miel. No hemos escuchado la voz del Señor, nuestro Dios, conforme a las palabras de los profetas que nos ha enviado y todos nosotros, siguiendo las inclinaciones de nuestro perverso corazón, hemos adorado a dioses extraños y hemos hecho lo que el Señor, nuestro Dios, reprueba”.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Salmo 78

R/. Sálvanos, Señor, y perdona nuestros pecados.

•  Dios mío, los paganos han invadido tu propiedad, / han profanado tu santo templo, / y han convertido a Jerusalén en ruinas. R/


• Han echado los cadáveres de tus siervos / a las aves de rapiña, / y la carne de tus fieles / a los animales feroces. R/.

• Hemos sido el escarnio de nuestros vecinos, / la irrisión y la burla de los que nos rodean. / ¿Hasta cuándo, Señor, vas a estar enojado / y arderá como fuego tu ira? R/.

• No recuerdes, Señor, contra nosotros, / las culpas de nuestros padres. / Que tu amor venga pronto a socorrernos, / porque estamos totalmente abatidos. R/.

• Para que sepan quién eres, / socórrenos, Dios y salvador nuestro. / Para que sepan quién eres, / sálvanos y perdona nuestros pecados. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Lucas 10, 13-16

En aquel tiempo, Jesús dijo: “¡Ay de ti, ciudad de Corozaín! ¡Ay de ti, ciudad de Betsaida! Porque si en las ciudades de Tiro y de Sidón se hubieran realizado los prodigios que se han hecho en ustedes, hace mucho tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Por eso el día del juicio será menos severo para Tiro y Sidón que para ustedes. Y tú, Cafarnaún, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo”. Luego, Jesús dijo a sus discípulos: “El que los escucha a ustedes, a mí me escucha; el que los rechaza a ustedes, a mí me rechaza y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

Tenemos que aprender las lecciones que nos da la historia. Los períodos de decadencia de una persona o de la Iglesia se deben, seguramente, a muchas causas. Una de ellas es nuestra propia dejadez y nuestra infidelidad a la Alianza que habíamos prometido a Dios.

La oración de Baruc sigue siendo actual. Solemos excusarnos echando la culpa a los demás o a las instituciones o al mundo que nos rodea. Pero entonar el “mea culpa” de cuando en cuando, con golpes en el pecho bien dados, nos ayuda a progresar en nuestra vida de fe. Lo hacemos normalmente al empezar la Eucaristía, con el acto penitencial. Lo hacemos, sobre todo, cuando celebramos el sacramento de la reconciliación.

Lo que le pasó a Cristo le pasa a su comunidad eclesial, desde siempre: bastantes llegan a la fe y se alegran de la salvación de Cristo. Pero otros muchos se niegan a ver la luz y aceptarla. No nos extrañe que muchos no nos hagan caso. A Él tampoco le hicieron, a pesar de su admirable doctrina y sus muchos milagros. La libertad humana es un misterio.

Jesús asegura que el que escucha a sus enviados, a su Iglesia, lo escucha a Él, y quien los rechaza, lo rechaza a Él y al Dios que lo ha enviado. Ese va a ser el motivo del juicio. No valdrá, por tanto, la excusa que tantas veces oímos: “Yo creo en Cristo, pero en la Iglesia, no”. Sería bueno que la Iglesia fuera siempre santa, perfecta, y no débil y pecadora como es (como somos).

Jesús nos enseña a reaccionar con cierta serenidad ante el rechazo del mundo. Que no pidamos que baje un rayo del cielo y destruya a los no creyentes. Ni que mostremos excesivo celo en eliminar la cizaña del campo. Nos pide tolerancia y paciencia. Aunque hoy también nos asegura que el juicio, a su tiempo, dará la razón y la quitará.

para reflexionar

¿Sabemos descubrir los signos del amor de Cristo en nuestra vida? ¿De qué manera correspondemos a ellos? ¿Con qué actitudes demostramos nuestro propósito de conversión?

 

ORACIÓN FINAL

Señor, hoy nos reconocemos pecadores ante ti, porque nuestro corazón está endurecido a causa del mal. Danos, Señor, el espíritu joven del Evangelio a fin de crecer más y más como personas y cristianos. Amén.

 


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