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Pan de la Palabra


07 Octubre 2023

  • Memoria obligatoria – Semana 26ª del Tiempo Ordinario
  • Blanco
  • NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

PRIMERA LECTURA

Del libro del profeta Baruc 4, 5-12.27-29

“¡Ánimo!, pueblo mío, tú que llevas el nombre de Israel. Ustedes fueron vendidos a los paganos, pero no para ser destruidos; por haber provocado la ira de Dios fueron entregados a sus enemigos. Provocaron la indignación de su Creador, ofreciendo sacrificios a los ídolos y no a Dios; han olvidado al Dios eterno, que los alimentó, y han entristecido a Jerusalén, que los crio. Cuando Jerusalén vio venir sobre ustedes la ira de Dios, dijo: ‘Escuchen, ciudades vecinas de Sion: Dios ha mandado sobre mí una gran desgracia: he visto que desterraban a mi pueblo, a mis hijos e hijas, por orden del Eterno. Yo los había criado con júbilo y los he dejado partir con llanto. Que nadie vuelva a alegrarse conmigo, porque soy viuda y estoy abandonada. Por los pecados de mis hijos me encuentro sola, pues se apartaron de la ley de Dios’. Pero tengan ánimo, hijos míos, e invoquen al Señor, porque el que les envió estas desgracias se acordará de ustedes. Así como un día se empeñaron en alejarse de Dios, así vuélvanse ahora a Él y búsquenlo con mucho mayor empeño, pues el que les mandó todas estas desgracias les dará también con su salvación la eterna alegría”.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL

Salmo 68

R/. El Señor jamás desoye al pobre.

• Se alegrarán al ver al Señor los que sufren; / quienes buscan a Dios tendrán más ánimo, / porque el Señor jamás desoye al pobre / ni olvida al que se encuentra encadenado. R/


• Ciertamente el Señor salvará a Sion, / reconstruirá a Judá; / la heredarán los hijos de sus siervos, / quienes aman a Dios la habitarán. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Lucas 10, 17-24

En aquel tiempo, los setenta y dos discípulos regresaron llenos de alegría y le dijeron a Jesús: “Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre”. Él les contestó: “Vi a Satanás caer del cielo como un rayo. A ustedes les he dado poder para aplastar serpientes y escorpiones y para vencer toda la fuerza del enemigo, y nada les podrá hacer daño. Pero no se alegren de que los demonios se les sometan. Alégrense más bien de que sus nombres están escritos en el cielo”. En aquella misma hora, Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo y exclamó: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”. Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: “Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

 

El destierro ayudó al pueblo israelita a madurar en su fe. Las pruebas de la vida nos templan, nos van puliendo, nos hacen revisar nuestros caminos y reorientar la dirección de nuestras vidas.

A Ignacio de Loyola la herida de Pamplona le resultó providencial para encontrar cuál era la voluntad de Dios sobre su futuro. A nosotros, los diversos acontecimientos de la vida, también las desgracias y hasta nuestros propios errores y pecados, nos recuerdan que somos frágiles y nos urgen a adoptar una actitud, ante Dios y ante los demás, no de orgullo y autosuficiencia, sino de humildad.

Además, nuestras faltas, las de cada uno de nosotros, empobrecen a toda la comunidad eclesial. Se pueden poner en labios de la Iglesia los lamentos que Baruc pone en boca de Sion, abandonada y empobrecida por sus hijos.

Alegres porque nuestros ojos ven la salvación de Dios y porque hemos sido elegidos en Cristo como candidatos al libro de la vida, es la esperanza cristiana la que nos guía en el curso de la historia, en medio del inmenso campamento que es la vida humana, en donde Dios quiso plantar también su tienda. Dentro de la historia cada uno de nosotros no es más que un breve episodio, pero con valor de eternidad.

Por eso hemos de vivir desinstalados, que no significa alienados o despreocupados; insatisfechos, que no amargados, con el mundo presente cuya figura pasa, sabiendo que buscamos otra ciudad futura, ciudad de eternidad. Esta es la sabiduría cristiana de la fe que supera toda filosofía terrena; esta es la iluminación de Dios para los ojos de nuestro corazón, a fin de comprender la esperanza de nuestra vocación y la herencia a la que Él nos llama en Cristo Jesús.

 

para reflexionar

• ¿Tenemos los ojos del espíritu libres de la miopía que generan los prejuicios y fanatismos, es decir, todo lo que se opone a la luz de Dios que nos comunica Jesús de Nazaret?

 

ORACIÓN FINAL

Ilumina los ojos de nuestro corazón para verte, para ver también al hermano, para comprender la esperanza de nuestra vocación cristiana y la herencia de gloria que tú nos preparas. Amén.

 


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