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Pan de la Palabra


06 Diciembre 2023

  • Feria o Memoria libre – Semana 1ª de Adviento
  • Morado / Blanco
  • SAN NICOLÁS, OBISPO

PRIMERA LECTURA

Del libro del profeta Isaías 25, 6-10

En aquel día, el Señor del universo preparará sobre este monte un festín con platillos suculentos para todos los pueblos; un banquete con vinos exquisitos, y manjares sustanciosos. Él arrancará en este monte el velo que cubre el rostro de todos los pueblos, el paño que oscurece a todas las naciones. Destruirá la muerte para siempre; el Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros y borrará de toda la tierra la afrenta de su pueblo. Así lo ha dicho el Señor. En aquel día se dirá: “Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; alegrémonos y gocemos con la salvación que nos trae, porque la mano del Señor reposará en este monte”.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 22
R. Habitaré en la casa del Señor toda la vida.

• El Señor es mi pastor, nada me falta; / en verdes praderas me hace reposar / y hacia fuentes tranquilas me conduce / para reparar mis fuerzas. R/.


• Por ser un Dios fiel a sus promesas, / me guía por el sendero recto; / así, aunque camine por cañadas oscuras, / nada temo, porque tú estás conmigo. / Tu vara y tu cayado me dan seguridad.  R/.

• Tú mismo me preparas la mesa, / a despecho de mis adversarios; / me unges la cabeza con perfume / y llenas mi copa hasta los bordes. R/.

• Tu bondad y tu misericordia me acompañarán / todos los días de mi vida; / y viviré en la casa del Señor / por años sin término. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Mateo 15, 29-37

En aquel tiempo, llegó Jesús a la orilla del mar de Galilea, subió al monte y se sentó. Acudió a Él mucha gente, que llevaba consigo tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros enfermos. Los tendieron a sus pies y Él los curó. La gente se llenó de admiración, al ver que los lisiados estaban curados, que los ciegos veían, que los mudos hablaban y los tullidos caminaban; por lo que glorificaron al Dios de Israel. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: “Me da lástima esta gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, porque pueden desmayarse en el camino”. Los discípulos le preguntaron: “¿Dónde vamos a conseguir, en este lugar despoblado, panes suficientes para saciar a tal muchedumbre?”. Jesús les preguntó: “¿Cuántos panes tienen?”. Ellos contestaron: “Siete y unos cuantos pescados”. Después de ordenar a la gente que se sentara en el suelo, Jesús tomó los siete panes y los pescados, y habiendo dado gracias a Dios, los partió y los fue entregando a los discípulos, y los discípulos a la gente. Todos comieron hasta saciarse, y llenaron siete canastos con los pedazos que habían sobrado.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

 

• El Adviento, gracias a las acciones sanadoras y liberadoras de Jesús, como a su conmoción entrañable ante el hambre de la gente, abre caminos a la esperanza, a la salud, a la vida, a la saciedad, al don y a la acogida. No es solo ser sanado o saciado lo que pide el cuerpo, sino el encuentro a través del gesto de conmoción entrañable como expresión de la propia persona que se dona, que se entrega integral e incondicionalmente.

 

El amor fruto de una conmoción entrañable ante el mal, la enfermedad o el hambre de las personas se debe traducir en gestos, palabras y acciones salvíficas que no se repiten nunca, sino que todo lo hace nuevo, con la novedad luminosa, liberadora y saciante de cada día.

Por eso, quien se interesa entrañablemente por el prójimo, no se cansa de reiterar “me conmueves”, porque vive adelantándose en la esperanza. Proclama: Eres importante para mí, hoy más que ayer, mañana más que hoy.

 

PARA REFLEXIONAR

¿Descubres en lo cotidiano que ser y sentirse próximo es vivir en la esperanza, en la expectación gozosa de lo mejor, inaugurando día a día la novedad de ser una persona libre, sana, saciada, plena, que no se repite, que no envejece, al servicio de todo prójimo necesitado?

 

ORACIÓN FINAL

Padre, que las acciones de Jesús, sanando, liberando, saciando el hambre y dando vida, me recuerden que en la Eucaristía tengo una cita contigo que sales a mi encuentro, con tu Hijo que realiza acciones salvíficas para la comunidad, con el Espíritu Santo que actúa en favor de todos, y con el prójimo que necesita de mis dones y virtudes para vivir con dignidad. Amén.

 


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