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Pan de la Palabra


19 Mayo 2024

  • Solemnidad
  • Rojo
  • DOMINGO DE PENTECOSTÉS

PRIMERA LECTURA

Del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 1-11

El día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en un mismo lugar. De repente se oyó un gran ruido que venía del cielo, como cuando sopla un viento fuerte, que resonó por toda la casa donde se encontraban. Entonces aparecieron lenguas de fuego, que se distribuyeron y se posaron sobre ellos; se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otros idiomas, según el Espíritu los inducía a expresarse. En esos días había en Jerusalén judíos devotos, venidos de todas partes del mundo. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma.

Atónitos y llenos de admiración, preguntaban: “¿No son galileos todos estos que están hablando? ¿Cómo, pues, los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay medos, partos y elamitas; otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene. Algunos somos visitantes, venidos de Roma, judíos y prosélitos; también hay cretenses y árabes. Y, sin embargo, cada quien los oye hablar de las maravillas de Dios en su propia lengua”.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 103
R. Envía, Señor, tu Espíritu, a renovar la tierra. Aleluya.

• Bendice al Señor, alma mía; / Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. / ¡Qué numerosas son tus obras, Señor! / La tierra llena está de tus creaturas. R/.


• Si retiras tu aliento, / toda creatura muere y vuelve al polvo; / pero envías tu Espíritu, que da vida, / y renuevas el aspecto de la tierra. R/.

• Que Dios sea glorificado para siempre / y se goce en sus creaturas. / Ojalá que le agraden mis palabras / y yo me alegraré en el Señor. R/.

 

SEGUNDA LECTURA

De la Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 12, 3-7.12-13

Hermanos: Nadie puede llamar a Jesús “Señor”, si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diferentes dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diferentes servicios, pero el Señor es el mismo. Hay diferentes actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros y todos ellos, a pesar de ser muchos, forman un solo cuerpo, así también es Cristo. Porque todos nosotros, seamos judíos o no judíos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu para formar un solo cuerpo, y a todos se nos ha dado a beber del mismo Espíritu.

Palabra de Dios.

 

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Juan 20, 19-23

Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban al Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

 

El papa Benedicto XVI en la exhortación Verbum Domini nos comunica en qué consiste la misión, cuál es su objetivo, hacia dónde nos conduce, qué efectos tendrá y cuál es nuestra función en este dinámico proceso evangelizador: “La misión de la Iglesia no puede ser considerada como algo facultativo o adicional de la vida eclesial. Se trata de dejar que el Espíritu Santo nos asimile a Cristo mismo, participando así en su misma misión: ‘Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo’, para comunicar la Palabra con toda la vida. Es la Palabra misma la que nos lleva hacia los hermanos; es la Palabra que ilumina, purifica, convierte. Nosotros no somos más que servidores” (n°. 93).

 

Como enviados al mundo con el poder del Espíritu Santo entre otras cosas para hacer posible el perdón de los pecados, hemos de testimoniar, evidenciar y hacer realidad una Palabra que debe ser asimi­lada en la propia vida, proclamada, interpretada y expandida con todo el poder de quien envía: el Padre y el Hijo. Esta Palabra resucitada, glorificada y viviente ha de ser siempre contagiosa (por la alegría de ver al Señor), expresiva (reciban la paz) y comunicadora de salvación (tus pecados quedan perdonados). Ella será respondida y correspondida con alegría como hará Tomás: ¡Señor mío y Dios mío!

 

PARA REFLEXIONAR

 

¿Cómo acoger la Palabra del Resucitado que nos envía al mundo como testigos de que Dios sigue ofreciendo su perdón, su Espíritu Santo y su gracia a cuantos se abran a su salvación?

¿Qué grupos de personas necesitan hoy un nuevo y vivo anuncio de la misericordia de Dios?

 

ORACIÓN FINAL

 

Padre, con la alegría que brota del Espíritu Santo te damos gracias porque Jesús nos envía como tú lo has enviado a Él; danos acoger al Espíritu Santo cada día de nuestra vida para renovar el envío y ser testigos hasta los confines de la tierra del amor entregado para la salvación del mundo. Amén.

 


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