PRIMERA LECTURA
De la Primera carta del apóstol san Pedro 1, 3-9
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, por su gran misericordia, porque al resucitar a Jesucristo de entre los muertos, nos concedió renacer a la esperanza de una vida nueva, que no puede corromperse ni mancharse y que Él nos tiene reservada como herencia en el cielo. Porque ustedes tienen fe en Dios, Él los protege con su poder, para que alcancen la salvación que les tiene preparada y que Él revelará al final de los tiempos. Por esta razón, alégrense, aun cuando ahora tengan que sufrir un poco por adversidades de todas clases, a fin de que su fe, sometida a la prueba, sea hallada digna de alabanza, gloria y honor, el día de la manifestación de Cristo. Porque la fe de ustedes es más preciosa que el oro, y el oro se acrisola por el fuego. A Cristo Jesús no lo han visto ustedes y, sin embargo, lo aman; al creer en Él ahora, sin verlo, se llenan de una alegría radiante en indescriptible, seguros de alcanzar la salvación de sus almas, que es la meta de la fe.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 110
R. El Señor se acuerda siempre de su alianza.
• Quiero alabar a Dios, de corazón, / en las reuniones de los justos. / Grandiosas son las obras del Señor / y para todo fiel, dignas de estudio. R/.
• Ha hecho inolvidables sus prodigios. / El Señor es piadoso y es clemente. / Acordándose siempre de su alianza, / Él le da de comer al que lo teme. R/.
• Él redimió a su pueblo / y estableció su alianza para siempre. / Dios es santo y terrible / y su gloria perdura eternamente. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 10, 17-27
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó corriendo un hombre, se arrodilló ante Él y le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?”. Jesús le contestó: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino solo Dios. Ya sabes los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, no cometerás fraudes, honrarás a tu padre y a tu madre”. Entonces él le contestó: “Maestro, todo eso lo he cumplido desde muy joven”. Jesús lo miró con amor y le dijo: “Solo una cosa te falta: Ve y vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en los cielos. Después, ven y sígueme”.
Pero al oír estas palabras, el hombre se entristeció y se fue apesadumbrado, porque tenía muchos bienes. Jesús, mirando a su alrededor, dijo entonces a sus discípulos: “¡Qué dif ícil les va a ser a los ricos entrar en el Reino de Dios!”. Los discípulos quedaron sorprendidos ante estas palabras; pero Jesús insistió: “Hijitos, ¡qué dif ícil es para los que conf ían en las riquezas, entrar en el Reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que un rico entrar en el Reino de Dios”. Ellos se asombraron todavía más y comentaban entre sí: “Entonces, ¿quién puede salvarse?”. Jesús, mirándolos fijamente, les dijo: “Es imposible para los hombres, mas no para Dios. Para Dios todo es posible”.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR
La inaudita propuesta de Jesús de venderlo todo, darlo a los pobres y seguirlo nos ofrece no solo un nuevo mundo de relaciones mejor y más firme, sino cualitativamente distinto en sus estructuras de fondo, pues ya no se trata de la posesión de bienes materiales, sino del bien por excelencia que es saberse amado por Él y por el Dios bueno, así como tener parte en la vida eterna, un tesoro en el cielo y entrar en el Reino de Dios.
Sin embargo, este impresionante y revolucionario salto cualitativo exige de nosotros una intervención drástica en nuestros valores y anhelos que incida radical y decididamente en el ritmo de nuestra historia personal y comunitaria. A esta propuesta que exige transformar rápida y profundamente las estructuras patriarcales y las mentalidades posesivas, se ofrece la posibilidad de conocer y vivir en primera persona el amor de Dios que va más allá de todo cumplimiento incluso honesto de mandamientos, de todo concepto bueno de Dios y de todo deseo de asegurarse la supervivencia.
PARA REFLEXIONAR
¿Cómo testimoniar que es posible vivir el seguimiento de Jesús de forma radical, sin necesidad de aferrarse a los bienes que garantizan la supervivencia, confiando en su amor personal?
¿Qué signos debemos mostrar al mundo para que muchos puedan dar una respuesta al llamado?
ORACIÓN FINAL
Padre, danos tu Espíritu Santo para tener el coraje de ir, vender lo que poseemos y seguir a Jesús, pues no son nuestras fuerzas las que posibilitan dar la respuesta, sino la gracia de tu Espíritu que convoca y capacita para responder con generosidad, con desprendimiento y confiando solo en tu Providencia. Amén.
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