PRIMERA LECTURA
De la Carta del apóstol san Judas 17.20-25
Queridos hermanos: Recuerden las palabras que les predicaron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Consolídense sobre el cimiento de su fe santa, oren movidos por el Espíritu Santo, conserven en ustedes el amor a Dios, en espera de que la misericordia de nuestro Señor Jesucristo les dé la vida eterna. A los indecisos traten de convencerlos, para arrancarlos del fuego de la condenación; a los otros, manifiéstenles compasión, pero con cautela, aborreciendo aun la ropa contaminada por su mala vida. Al Dios único, nuestro salvador, que puede preservarlos a ustedes de todo pecado y hacer que se presenten ante su gloria gozosos y sin mancha, honor y gloria, fuerza y poder, por Jesucristo, nuestro Señor, desde siempre, ahora y por todos los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmos 62
R. Señor, mi alma tiene sed de ti.
• Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; / de ti sedienta está mi alma. / Señor, todo mi ser te añora / como el suelo reseco añora el agua. R/.
• Para admirar tu gloria y tu poder, / con este afán te busco en tu santuario. / Pues mejor es tu amor que la existencia; / siempre, Señor, te alabarán mis labios. R/.
• Podré así bendecirte mientras viva / y levantar en oración mis manos. / De lo mejor se saciará mi alma; / te alabaré con jubilosos labios. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 11, 27-33
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron de nuevo a Jerusalén, mientras Jesús caminaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le preguntaron: “¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado autoridad para actuar así?”. Jesús les respondió: “Les voy a hacer una pregunta. Si me la contestan, yo les diré con qué autoridad hago todo esto. El bautismo de Juan, ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contéstenme”. Ellos se pusieron a razonar entre sí: “Si le decimos que de Dios, nos dirá: ‘Entonces, ¿por qué no le creyeron?, y si le decimos que de los hombres...?’. Pero, como le tenían miedo a la multitud, pues todos consideraban a Juan como verdadero profeta, le respondieron a Jesús: “No lo sabemos”. Entonces Jesús les replicó: “Pues tampoco yo les diré con qué autoridad hago todo esto”.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR
No es fácil para nosotros sobrellevar pacíficamente el encuentro con personas que se obstinan en su convencimiento religioso determinado por intereses económicos, religiosos, personales e institucionales. Porque lo cierto es que todo encuentro entre personas nos supone renuncias, nos exige rupturas, requiere nuestro discernimiento y nos demanda tomar posición respecto a la novedad de los eventos que se desvelan como superiores a los propios intereses.
La autoridad que se nos exige es la disposición para la escucha sincera de los acontecimientos, de las personas y de Dios. Escucha que posibilitará un diálogo constructivo, y que nos otorga también la capacidad para superar los conflictos desde una actitud de madurez, la cual debe brotar del único interés de consagrar toda nuestra vida a la libertad. Aludir desconocimiento de un evento divino sellado con el martirio de la persona de Juan Bautista, nos haría incapaces de conducir al pueblo como pastores, mientras que la firme actitud de Jesús lo confirma como revestido de autoridad.
PARA REFLEXIONAR
¿Cómo visibilizar la autoridad de Jesús a los muchos que hoy se declaran “agnósticos”, que afirman “no sabemos”, a fin de que el poder de Dios evidente a sus ojos sea acogido y creído?
¿Qué acciones emprender para anunciar cuanto oculta el querer originario de Dios sobre el ser humano?
ORACIÓN FINAL
Padre, danos tu Espíritu Santo para discernir con toda verdad y transparencia el querer de Dios en nuestra sociedad y en nuestro mundo que se declara cada día con mayor fuerza como agnóstico, que sepamos mostrar de dónde le viene la autoridad a Jesús para realizar la obra de la salvación. Amén.
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