PRIMERA LECTURA
De la Segunda carta del apóstol san Pedro 1, 1-7
Yo, Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, les escribo a ustedes, los que han obtenido una fe tan preciosa como la nuestra, gracias a la justicia de Jesucristo, nuestro Dios y salvador. Que abunden entre ustedes la gracia y la paz, por el conocimiento de Jesucristo, nuestro Señor. Su acción divina nos ha otorgado todo lo necesario para llevar una vida de santidad, mediante el conocimiento profundo del que nos ha llamado con su propia gloria y poder. Por medio de los cuales nos han sido otorgados también los grandes y maravillosos bienes prometidos, para que por ellos puedan ustedes escapar de la corrupción que las pasiones desordenadas provocan en el mundo, y lleguen a participar de la naturaleza divina. Por eso, esfuércense en añadir a su buena fe, buena conducta; a la buena conducta, la inteligencia; a la inteligencia, el dominio propio; al dominio propio, la perseverancia; a la perseverancia, la piedad; a la piedad, el amor fraterno, y al amor fraterno, la caridad.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmos 90
R. Tú eres mi Dios y en ti confío.
• Tú, que vives al amparo del Altísimo / y descansas a la sombra del Todopoderoso, / dile al Señor: “Tú eres mi refugio y fortaleza; / tú eres mi Dios y en ti confío”. R/.
• “Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, / yo te libraré y te pondré a salvo. / Cuando tú me invoques, yo te escucharé / y en tus angustias estaré contigo”. R/.
• “A quien se acoge a mí, dice el Señor, / yo lo defenderé y colmaré de honores; / lo haré disfrutar de larga vida / y haré que pueda ver mi salvación”. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Marcos 12, 1-12
En aquel tiempo, Jesús comenzó a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos y les dijo: “Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó una torre para el vigilante, se la alquiló a unos viñadores y se fue de viaje al extranjero. A su tiempo, les envió a los viñadores a un criado para recoger su parte del fruto de la viña. Ellos se apoderaron de él, lo golpearon y lo devolvieron sin nada. Les envió otro criado, pero ellos lo descalabraron y lo insultaron. Volvió a enviarles a otro y lo mataron. Les envió otros muchos y los golpearon o los mataron.
Ya solo le quedaba por enviar a uno, su hijo querido, y finalmente también se lo envió, pensando: ‘A mi hijo sí lo respetarán’. Pero al verlo llegar, aquellos viñadores se dijeron: ‘Este es el heredero; vamos a matarlo y la herencia será nuestra’. Se apoderaron de él, lo mataron y arrojaron su cuerpo fuera de la viña. ¿Qué hará entonces el dueño de la viña? Vendrá y acabará con esos viñadores y dará la viña a otros. ¿Acaso no han leído en las Escrituras: La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente?”. Entonces los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, quisieron apoderarse de Jesús, porque se dieron cuenta de que por ellos había dicho aquella parábola, pero le tuvieron miedo a la multitud, dejaron a Jesús y se fueron de ahí.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR
Sin duda que la parábola nos causa confusión y malestar hasta el día de hoy, pero ella es, a la vez, una invitación divina a la esperanza, a comprender cómo el amor desarmado (“pensando: ¡respetarán a mi hijo!”), nunca es invasivo, respeta la intimidad de la conciencia, es expresión máxima de ofrenda en libertad, hasta la ofrenda de lo más preciado, del hijo único y amado (“lo envió”). Hemos de comprender que así es el amor de Dios, que solo su amor extremo es el que hace justicia en esta historia de perdición y de muerte, porque este tipo de amor hace que cada uno sea misteriosamente respetado como tal en toda su identidad.
La parábola nos hace tomar conciencia, además, de que el amor entregado de forma radical en el envío y la entrega del Hijo único y amado nos proporciona la continuidad de la existencia, se convierte en piedra angular, en una obra admirable del Señor. Entonces el tiempo se expande como capacidad de ofrenda, de donación y de entrega, y la muerte lo proyecta como permanencia para siempre en la viña del Señor.
PARA REFLEXIONAR
¿Cómo mostrar al mundo que el amor de Dios en el envío de su Hijo único y amado es en función no de la condenación del mundo, sino de su santificación y salvación?
¿Ante qué situaciones debemos los cristianos mantenernos firmes en la confesión de fe en Jesús?
ORACIÓN FINAL
Padre, con tu Espíritu Santo seremos capaces de pedirte perdón con humildad y sinceridad cada vez que también nosotros nos apoderamos del mensaje de tu Hijo Jesucristo, cuando lo atamos y lo arrojamos fuera de nuestro mundo de relaciones como si fuera un blasfemo. Danos ser y actuar responsablemente en tu viña. Amén.
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