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Pan de la Palabra


26 Junio 2024

  • Feria – Semana 12ª del tiempo Ordinario
  • Verde
  • Santos Juan y Pablo

PRIMERA LECTURA

Del Segundo libro de los Reyes 22, 8-13; 23, 1-3

Por aquel entonces, el sumo sacerdote Jilquías dijo a Safán, delegado del rey Josías: “He hallado en el templo el libro de la ley”. Jilquías entregó el libro a Safán, quien lo leyó. Luego, Safán fue a ver al rey y le rindió cuentas diciendo: “Tus siervos han fundido el dinero del templo y se lo han entregado a los encargados de las obras”. Y añadió: “El sacerdote Jilquías me ha entregado un libro”. Y lo leyó en presencia del rey.

Cuando el rey oyó las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestiduras y ordenó al sacerdote Jilquías; a Ajicam, hijo de Safán; a Akbor, hijo de Miqueas; al delegado Safán y a Asaías, ministro suyo: “Vayan a consultar lo que dice el Señor acerca de mí, del pueblo y de todo Judá en este libro que se ha encontrado, pues el Señor está enfurecido con nosotros, porque nuestros padres no escucharon las palabras de este libro y no cumplieron lo que en él está escrito”.

Cuando ellos trajeron la respuesta, el rey convocó a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén y se dirigió hacia el templo, acompañado por los hombres de Judá y todos los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, desde el más pequeño hasta el más grande, y les leyó el libro de la Alianza, hallado en el templo. 

Después, de pie sobre el estrado y en presencia del Señor, renovó la alianza, comprometiéndose a seguir al Señor y a cumplir sus preceptos, normas y mandatos, con todo el corazón y toda el alma, y a poner en vigor las palabras de esta alianza, escritas en el libro. Y todo el pueblo renovó también la alianza.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo  118
R. . Muéstranos, Señor, el camino de tus leyes.

• Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes / y yo lo seguiré con cuidado. / Enséñame a cumplir tu voluntad / y a guardarla de todo corazón. R/.


• Guíame por la senda de tu ley, / que es lo que quiero. / Inclina mi corazón a tus preceptos, / y no a la avaricia. R/.

• Aparta mis ojos de las vanidades, / dame vida con tu palabra. / Mira cómo anhelo tus decretos: / dame vida con tu justicia. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Mateo 7, 15-20

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos buenos es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

 

La Palabra firme y sólida de Jesús transforma toda nuestra persona en cuanto discípulos, miembros de la comunidad creyente y misioneros, precisamente porque por la fe nos abrimos al amor, a la verdad y a la justicia, ya que no nos limitamos a enunciar principios o enseñanzas, sino que buscamos ante todo vivirlos en primera persona. Esta interacción de la Palabra con el amor nos permite comprender el tipo de conocimiento propio de la fe (encuentro con la persona de Jesús), su fuerza de convicción (Yo les digo), su capacidad de iluminar nuestros pasos (cuídense; los conocerán).

 

La Palabra de Jesús por estar vinculada a la práctica del amor, en cuanto el mismo amor trae una luz al mundo, nos pone en evidencia, hace público nuestro actuar, nos muestra como hijos del Padre y como discípulos suyos. La comprensión de los contenidos de la fe traducidos en forma de vida nos transforma interiormente y nos da ojos nuevos para ver la realidad y darle al mundo por nuestro estilo de vida y por nuestra conducta cristiana lo que nadie podrá dar: la vida verdadera.

 

PARA REFLEXIONAR

 

¿Cuáles frutos exige el mundo de los cristianos para creer en el Dios que profesamos, para ver que nuestra fe no es solo conceptos, sino un estilo de vida que trae al mundo la justicia?

¿Dónde estamos fallando en nuestro testimonio a causa de la incoherencia entre la fe y las obras?

 

ORACIÓN FINAL

 

Padre, con la gracia de tu Espíritu Santo podremos lograr que el mundo crea, que hombres y mujeres nos reconozcan por nuestros frutos. Queremos ser creyentes en Jesucristo que lo testimonian con coherencia de vida, con las palabras, pero sobre todo con las obras que nacen de una fe convertida en vida. Amén.


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