PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Jeremías 18, 1-6
Esto es lo que el Señor me dijo: “Jeremías, ve a la casa del alfarero y ahí te haré oír mis palabras”. Fui, pues, a la casa del alfarero y lo hallé trabajando en su torno. Cuando se le estropeaba la vasija que estaba modelando, volvía a hacer otra con el mismo barro, como mejor le parecía. Entonces el Señor me dijo: “¿Acaso no puedo hacer yo con ustedes, casa de Israel, lo mismo que hace este alfarero? Como está el barro en las manos del alfarero, así ustedes, casa de Israel, están en mis manos”.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmos 145
R. Dichoso el que espera en el Señor.
• Alaba, alma mía, al Señor; / alabaré al Señor toda mi vida; / tocaré y cantaré para mi Dios, / mientras yo exista. R/.
• No pongas tu confianza en los que mandan / ni en el mortal, que no puede salvarte; / pues cuando mueren, se convierten en polvo / y ese mismo día se acaban sus proyectos. R/.
• Dichoso aquel que es auxiliado / por el Dios de Jacob / y pone su esperanza / en el Señor, su Dios, / que hizo el cielo y la tierra, / el mar y cuanto el mar encierra. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 47-53
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “El Reino de los Cielos se parece también a la red que los pescadores echan en el mar y recoge toda clase de peces. Cuando se llena la red, los pescadores la sacan a la playa y se sientan a escoger los pescados; ponen los buenos en canastos y tiran los malos. Lo mismo sucederá al final de los tiempos: vendrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los arrojarán al horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. ¿Han entendido todo esto?”. Ellos le contestaron: “Sí”. Entonces Él les dijo: “Por eso, todo escriba instruido en las cosas del Reino de los Cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas”. Y cuando acabó de decir estas parábolas, Jesús se marchó de allí.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR
La Palabra es Buena Noticia para nosotros, la separación de los peces de buena calidad de los de mala calidad nos desafía a mantenernos firmemente en el seguimiento de Jesús, en la identidad cristiana, y en el compromiso de ser personas que dan vida de calidad al mundo, al entorno y a los ámbitos en que nos desenvolvemos. Entonces, viviendo la relación con las demás personas, nuestros hermanos, estaremos en condiciones de pertenecer al Reino, de tratar con Dios como con un padre de familia que revela a sus hijos los secretos de su corazón.
Para nosotros, la pertenencia al Reino está íntimamente relacionada con nuestro compromiso por hacer de este mundo un lugar digno para todos, y en mostrar que la relación con Dios y con el prójimo se entrelazan. En ser conscientes de que la experiencia de fe no separa la relación con Dios de la comunión con cada miembro de la humanidad. Dios será accesible a los otros mediante las acciones que sus hijos realicemos, mediante las cuales se evidencia que somos de calidad: somos hijos del Reino.
PARA REFLEXIONAR
¿Cómo animar a quienes ven en la religión solo exclusión, a fin de que hagan experiencia de la bondad de Dios y del cuidado que ha tenido al reservar solo a los ángeles la separación?
¿Qué signos de vida evidencian que pertenecemos al Reino dando frutos de buena calidad?
ORACIÓN FINAL
Padre, nos anima tu paciencia con tus hijos, porque, así como los pescadores ponen los pescados buenos en canastos y tiran los malos, así ha querido Jesús que sea la separación de los buenos de los malos, pero solo al final de los tiempos, y por mano únicamente de los ángeles. Danos tu Espíritu Santo para ser buenos. Amén.
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