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Pan de la Palabra


30 Agosto 2024

  • Fiesta – Semana 21ª del tiempo Ordinario
  • Blanco
  • Santa Rosa de Lima

PRIMERA LECTURA

De la Segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 17–11, 2

Hermanos: Si alguno quiere enorgullecerse, que se enorgullezca en el Señor, porque el hombre digno de aprobación no es aquel que se alaba a sí mismo, sino aquel a quien el Señor alaba. Ojalá soportaran ustedes que les dijera unas cuantas cosas sin sentido. Sopórtenmelas, pues estoy celoso de ustedes con celos de Dios, ya que los he desposado con un solo marido y los he entregado a Cristo como si fueran ustedes una virgen pura.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 148
R. Que alaben al Señor todos sus fieles.

•  Alaben al Señor en las alturas, / alábenlo en el cielo; / que alaben al Señor todos sus ángeles, / celestiales ejércitos. R/.


• Reyes y pueblos todos de la tierra, / gobernantes y jueces de este mundo; / jóvenes y doncellas, / niños y ancianos juntos, / el nombre del Señor alaben todos, / pues su nombre es excelso. R/.

• Su gloria sobrepasa cielo y tierra / y ha hecho fuerte a su pueblo. / Que lo alaben los fieles de Israel, / a quien Él eligió como su pueblo. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Mateo 13, 44-46

En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. El que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va y vende cuanto tiene y compra aquel campo. El Reino de los Cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una perla muy valiosa, va y vende cuanto tiene y la compra”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

 

Los discípulos de Jesús estamos llamados a vivir atentos a ese clamor vigoroso y esperanzador que irrumpe en medio de la noche, porque no estamos a gusto ni satisfechos de la ausencia del esposo, porque nunca estamos del todo contentos ni de nosotros mismos ni del mundo en el cual vivimos. Por eso no nos hallamos completos cuando Él está ausente. Extrañamos su presencia, sin Él nos sentimos extraños en nuestra propia existencia, sin Él hay un vacío en el propio corazón, sin Él vivimos como desconocidos de nosotros mismos y no descansamos sino hasta volvernos a encontrar en Él.

 

Vivir la fe y la esperanza cristianas requiere el júbilo de la presencia del esposo, de la pronta e irrenunciable satisfacción ante la inminencia del creciente encuentro, del abandono confiado en compañía del amado, pues el motivo de nuestra alegría es y será siempre la presencia del amado, tener parte en la intensidad de su vivencia, entrar en la sala donde se celebra la boda, saber que Él puede decir que nos conoce. Por eso evitamos la mayor insensatez: que se nos acabe el aceite y se nos apaguen las lámparas.

 

PARA REFLEXIONAR

 

¿Cómo presentar el Evangelio con un clamor vigoroso y esperanzador al ser humano de hoy que vive somnoliento, cansado, sin previsiones para el futuro y sin metas trascendentes?

¿A quiénes hemos de despertar con una presentación fuerte y llena de esperanza del Evangelio?

 

ORACIÓN FINAL

 

Padre, danos tu Espíritu Santo para estar bien atentos al clamor que proclama: “¡He aquí el novio, salgan a su encuentro!”; danos claridad para escoger la luz incluso cuando debamos esperar su llegada a medianoche, para mantener la esperanza y animar la vida de muchos con el resplandor de Jesús. Amén.

 


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