PRIMERA LECTURA
De la Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 3, 18-23
Hermanos: Que nadie se engañe: si alguno se tiene a sí mismo por sabio según los criterios de este mundo, que se haga ignorante para llegar a ser verdaderamente sabio. Porque la sabiduría de este mundo es ignorancia ante Dios, como dice la Escritura: Dios hace que los sabios caigan en la trampa de su propia astucia. También dice: El Señor conoce los pensamientos de los sabios y los tiene por vanos. Así pues, que nadie se gloríe de pertenecer a ningún hombre, ya que todo les pertenece a ustedes: Pablo, Apolo y Pedro, el mundo, la vida y la muerte, lo presente y lo futuro: todo es de ustedes; ustedes son de Cristo, y Cristo es de Dios.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 32
R. El Señor bendice al hombre justo
• Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, / el orbe todo y los que en él habitan, / pues Él lo edificó sobre los mares, / Él fue quien lo asentó sobre los ríos. R/.
• ¿Quién subirá hasta el monte del Señor? / ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? / El de corazón limpio y manos puras / y que no jura en falso. R/.
• Ese obtendrá la bendición de Dios, / y Dios, su salvador, le hará justicia. / Esta es la clase de hombres que te buscan / y vienen ante ti, Dios de Jacob. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Lucas 5, 1-11
En aquel tiempo, Jesús estaba a orillas del lago de Genesaret y la gente se agolpaba en torno suyo para oír la palabra de Dios. Jesús vio dos barcas que estaban junto a la orilla. Los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió Jesús a una de las barcas, la de Simón, le pidió que la alejara un poco de tierra, y sentado en la barca, enseñaba a la multitud.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: “Lleva la barca mar adentro y echen sus redes para pescar”. Simón replicó: “Maestro, hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada; pero, confiado en tu palabra echaré las redes”. Así lo hizo y cogieron tal cantidad de pescados, que las redes se rompían. Entonces hicieron señas a sus compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a ayudarlos.
Vinieron ellos y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús y le dijo: “¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!”. Porque tanto él como sus compañeros estaban llenos de asombro, al ver la pesca que habían conseguido. Lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Entonces Jesús le dijo a Simón: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres”. Luego llevaron las barcas a tierra, y dejándolo todo, lo siguieron.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR
Los que escuchamos la Palabra de Jesús y hemos dado una respuesta afirmativa a su llamado a seguirlo, sabemos que para encontrarnos con otra persona necesitamos dejarla ser ella (soy un pecador) y renunciar a cualquier tipo de objetivación que la privaría de sus condiciones de sujeto (no temas), para invitarla a participar en la misión de Jesús (serás pescador de hombres), entonces será libre para dejarlo todo, para soltar lo ordinario, para lanzarse al grandioso misterio de ir detrás de una persona que realiza lo que su Palabra dice.
El tiempo previo al camino del seguimiento podemos entenderlo como expresión enérgica de la temporalidad humana (soy un pecador), como evento que cuestiona la propia permanencia ante la autoridad de la Palabra (¡apártate de mí!). Pero justo esta experiencia nos confirma en la solidaridad con la vida de los seres humanos (serás pescador de hombres). Historia personal (soy un pecador) y redención (no temas) se intercalan para provocar el inicio de algo que superará toda expectativa.
PARA REFLEXIONAR
¿Cómo ayudar a las personas que buscan entrar en contacto con el misterio de Dios para que en lo cotidiano descubran su presencia, el poder de su Palabra, la voz que las llama a seguir a Jesús?
¿Qué nuevo lenguaje necesitamos para hablar de Dios al ser humano de hoy en su mundo?
ORACIÓN FINAL
Padre, tu Espíritu Santo nos ayude a escuchar a Jesús y su enseñanza, a hacer lo que su Palabra ordena, a dejarlo todo y seguirlo, para ir con Él en busca de los muchos hombres y mujeres que lo buscan, pero que no saben interpretar su presencia en sus vidas, que seamos sus testigos ante ellos. Amén.
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