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Pan de la Palabra


30 Septiembre 2024

  • Memoria obligatoria – Semana 26ª del tiempo Ordinario
  • Blanco
  • San Jerónimo

PRIMERA LECTURA

Del libro de Job 1, 6-22

Un día fueron los ángeles a presentarse ante el Señor y entre ellos llegó también Satanás. El Señor le preguntó: “¿De dónde vienes?”. Él respondió: “De dar una vuelta por la tierra”. El Señor le dijo: “¿Te fijaste en mi siervo Job? No hay nadie como él en la tierra; es un hombre íntegro y recto, que teme a Dios y se aparta del mal”. Satanás le respondió: “¿Y crees tú que su temor a Dios es desinteresado? ¿Acaso no has construido tú mismo una cerca protectora alrededor de él, de su familia y de todos sus bienes? Has bendecido el trabajo de sus manos y sus rebaños se han multiplicado por todo el país. Pero hazle sentir un poco el peso de tu mano, daña sus posesiones y verás cómo te maldice en tu propia cara”.

El Señor le dijo: “Haz lo que quieras con sus cosas, pero a él no le toques”. Y Satanás se retiró de la presencia del Señor. Un día en que los hijos e hijas de Job estaban comiendo en casa del hermano mayor, llegó un mensajero a la casa de Job y le dijo: “Tus bueyes estaban arando y tus burras pastando en el mismo lugar, cuando cayeron sobre ellos unos bandidos, apuñalaron a los criados y se llevaron el ganado. Solo yo pude escapar para contártelo”. No había acabado de hablar, cuando llegó otro criado y le dijo: “Cayó un rayo y quemó y consumió tus ovejas y a tus pastores.

Solo yo pude escapar para contártelo”. No había acabado de hablar, cuando llegó otro criado y le dijo: “Una banda de sabeos, divididos en tres grupos, se lanzaron sobre los camellos y se los llevaron y apuñalaron a los criados. Solo yo pude escapar para contártelo”. No había acabado de hablar, cuando llegó otro y le dijo: “Estaban tus hijos e hijas comiendo en casa de su hermano mayor, cuando un fuerte viento vino del desierto y embistió por los cuatro costados la casa, que se derrumbó y los mató. Solo yo pude escapar para contártelo”. Entonces Job se levantó y rasgó sus vestiduras. Luego se rapó la cabeza, se postró por tierra en oración y dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó; esa fue su voluntad: ¡Bendito sea el nombre del Señor!”. A pesar de todo lo que le sucedió, Job no pecó ni profirió ninguna insolencia contra Dios.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 16
R. Señor, escucha nuestra súplica.

• Señor, hazme justicia / y a mi clamor atiende; / presta oído a mi súplica, / pues mis labios no mienten. R/.


• Júzgame, tú, Señor, / pues tus ojos miran al que es honrado. / Examina mi corazón, revísalo de noche, / pruébame a fuego y no hallarás malicia en mí. R/.

• A ti mi voz elevo, pues sé que me respondes. / Atiéndeme, Dios mío, y escucha mis palabras; / muéstrame los prodigios de tu misericordia, / pues a quien acude a ti, de sus contrarios salvas. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Lucas 9, 46-50

Un día, surgió entre los discípulos una discusión sobre quién era el más grande de ellos. Dándose cuenta Jesús de lo que estaban discutiendo, tomó a un niño, lo puso junto a sí y les dijo: “El que reciba a este niño en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe también al que me ha enviado. En realidad el más pequeño entre todos ustedes, ese es el más grande”. Entonces, Juan le dijo: “Maestro, vimos a uno que estaba expulsando a los demonios en tu nombre; pero se lo prohibimos, porque no anda con nosotros”. Pero Jesús respondió: “No se lo prohíban, pues el que no está contra ustedes, está en favor de ustedes”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

 

Cómo debemos vivir nuestra fe y seguimiento de Jesús por el camino que conduce hacia la Pascua, pues los celos, el orgullo, la búsqueda de grandeza, el deseo de dominio sobre los demás y sobre los eventos liberadores, nos puede conducir a la renuncia de la búsqueda de una luz más grande, que solo se encuentra en la pequeñez (niño); a abdicar en la búsqueda de una verdad realmente grande, que solo se encuentra en la acogida del Reino en la persona de Jesús y de quien lo envía; a contentarnos con pequeños destellos de luz, que tan solo iluminan el instante fugaz, pero que son incapaces de abrirnos el camino.

 

Reconozcamos que cuando falta la luz de la verdad, de la humildad y la sencillez, todo se vuelve confuso (búsqueda de grandeza) y es imposible distinguir el bien del mal (se lo prohibimos). Por eso, confesemos más bien que nuestra fe en el Dios que ha enviado a Jesús nos abre horizontes (muchos están a favor nuestro), nos libra de todo egoísmo, nos conduce a una visión más universal, porque la luz se acrecienta en nosotros para iluminar todo alrededor.

 

PARA REFLEXIONAR

 

¿Qué decisiones debemos tomar para que nuestra vida de fe no se limite a conformismos o búsqueda de primeros lugares, sino a la vivencia de la fe en esperanza y caridad?

¿Quiénes son los pequeños que hoy requieren ser acogidos, defendidos y nuestra única preocupación?

 

ORACIÓN FINAL

 

Padre, que tu Espíritu Santo nos dé discernimiento para vivir la fe buscando ser el más pequeño entre todos, aprendiendo con claridad y decisión que esa es la única manera de ser el más grande; que la fe sea una experiencia de comunión y no de separación, de rechazo ni de condena. Amén.

 

 


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