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Pan de la Palabra


16 Octubre 2024

  • Santa Eduviges
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PRIMERA LECTURA

De la Carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 5, 18-25

Hermanos: Si los guía el Espíritu, ya no están ustedes bajo el dominio de la ley. Son manifiestas las obras que proceden del desorden egoísta del hombre: la lujuria, la impureza, el libertinaje, la idolatría, la brujería, las enemistades, los pleitos, las rivalidades, la ira, las rencillas, las divisiones, las discordias, las envidias, las borracheras, las orgías y otras cosas semejantes. Respecto a ellas les advierto, como ya lo hice antes, que quienes hacen estas cosas no conseguirán el Reino de Dios. En cambio, los frutos del Espíritu Santo son: el amor, la alegría, la paz, la generosidad, la benignidad, la bondad, la fidelidad, la mansedumbre y el dominio de sí mismo. Ninguna ley existe que vaya en contra de estas cosas. Y los que son de Jesucristo ya han crucificado su egoísmo junto con sus pasiones y malos deseos. Si tenemos la vida del Espíritu, actuemos conforme a ese mismo Espíritu.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 1
R. Dichoso quien confía en el Señor.

• Dichoso aquel que no se guía / por mundanos criterios, / que no anda en malos pasos / ni se burla del bueno, / que ama la ley de Dios / y se goza en cumplir sus mandamientos. R/.


• Es como un árbol plantado junto al río, / que da fruto a su tiempo / y nunca se marchita. / En todo tendrá éxito. R/.

• En cambio los malvados / serán como la paja barrida por el viento. / Porque el Señor protege el camino del justo / y al malo sus caminos acaban por perderlo. R/.

 

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Lucas 11, 42-46

En aquel tiempo, Jesús dijo: “¡Ay de ustedes, fariseos, porque pagan diezmos hasta de la hierbabuena, de la ruda y de todas las verduras, pero se olvidan de la justicia y del amor de Dios! Esto debían practicar sin descuidar aquello. ¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar los lugares de honor en las sinagogas y que les hagan reverencias en las plazas! ¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven, sobre los cuales pasa la gente sin darse cuenta!”. Entonces tomó la palabra un doctor de la ley y le dijo: “Maestro, al hablar así, nos insultas también a nosotros”. Entonces Jesús le respondió: “¡Ay de ustedes también, doctores de la ley, porque abruman a la gente con cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni con la punta del dedo!”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

 

Las duras y fuertes críticas de Jesús a fariseos y maestros de la Ley nos confrontan seriamente también a los discípulos de hoy, pues nos exigen tajantemente pasar de lo puramente exterior (legalismos, búsqueda de honor y apariencia) a lo personal; saltar de lo puramente positivo (la Ley, sus minucias y su observancia literal y hasta extrema) para someterlo a una profunda acción creadora de justicia, de verdad y de amor (oblativo) a Dios y al prójimo (asumir con él las justas cargas).

Las palabras de Jesús y sus ¡ayes! nos hacen una fuerte llamada a introducir el valor personal (corazón) en el mundo de lo objetivo, sin perjudicarlo ni hacerle daño (también es necesario hacer lo que ellos hacen), sin conducir jamás a otros a la perdición. La opción propuesta se fija en actuar, a partir de nuestro centro interior, el que nos define ante Dios y ante los demás. Nuestro modo de actuar debe partir del corazón (verbo amar) que delicadamente transforma lo exterior en lo que es en realidad significativo.

 

PARA REFLEXIONAR

 

¿Cómo enfrentar con firmeza la dureza de corazón de los que se consideran los sabihondos del misterio de Dios, para conducirlos a su interioridad y a la práctica de la justicia y del amor?

¿Qué acciones emprender para que lo verdaderamente importante sea la justicia y el amor?

 

ORACIÓN FINAL

Padre, danos tu Espíritu Santo para saber discernir lo justo, lo verdadero y lo correcto, según el corazón y de acuerdo con la Palabra de Jesús, que no escuchemos dirigidos hacia nosotros los ¡Ay de ustedes, fariseos! ¡Ay de ustedes, doctores de la ley!; que seamos dóciles a tu misterio salvador. Amén.

 


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