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Pan de la Palabra


09 Noviembre 2024

  • Fiesta – Semana 31ª del tiempo Ordinario
  • Blanco
  • DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE LETRÁN

PRIMERA LECTURA

Del libro del profeta Ezequiel 47, 1-2.8-9.12

En aquellos tiempos, un hombre me llevó a la entrada del templo. Por debajo del umbral manaba agua hacia el oriente, pues el templo miraba hacia el oriente, y el agua bajaba por el lado derecho del templo, al sur del altar. Luego me hizo salir por el pórtico del norte y dar la vuelta hasta el pórtico que miraba hacia el oriente, y el agua corría por el lado derecho. Aquel hombre me dijo: “Estas aguas van hacia la región oriental; bajarán hasta el Arabá, entrarán en el mar de aguas saladas y lo sanearán.

Todo ser viviente que se mueva por donde pasa el torrente, vivirá; habrá peces en abundancia, porque los lugares a donde lleguen estas aguas quedarán saneados y por dondequiera que el torrente pase, prosperará la vida. En ambas márgenes del torrente crecerán árboles frutales de toda especie, de follaje perenne e inagotables frutos. Darán frutos nuevos cada mes, porque los riegan las aguas que manan del santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas, de medicina”.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 45
R. Un río alegra a la ciudad de Dios.

• Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, / quien en todo peligro nos socorre. / Por eso no tememos, aunque tiemble, / y aunque al fondo del mar caigan los montes. R/.


• Un río alegra a la ciudad de Dios, / su morada el Altísimo hace santa. / Teniendo a Dios, Jerusalén no teme, / porque Dios la protege desde el alba. R/.

• Con nosotros está Dios, el Señor; / es el Dios de Israel nuestra defensa. / Vengan a ver las cosas sorprendentes / que ha hecho el Señor sobre la tierra. R/.

 

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Juan 2, 13-22

Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; a los que vendían palomas les dijo: “Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre”. En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora.

Después intervinieron los judíos para preguntarle: “¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?”. Jesús les respondió: “Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré”. Replicaron los judíos: “Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?”. Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

 

Estas palabras de Jesús solo son comprensibles y verdaderamente luminosas, si a diferencia de los judíos, superamos el nivel de la pura materialidad, dando paso al ámbito trascendente. Entonces nos será accesible que, para poder expresarse en toda su profundidad, el cuerpo de Jesús tiene que desvelar la intención y el significado que Él le quiere dar como único lugar de la presencia de Dios. Es Él quien lo realiza, es Él quien habla, es Él quien se revela, pasando de un sentido material a un cuerpo vivo, que no solo se ofrece a todo el mundo sensible, sino que también nos deja advertir una realidad divina que ofrece la salvación y la cercanía de Dios.


Desde el signo trascendido, aflora para nosotros, los seguidores de Jesús, una experiencia libre incluso de la muerte, sin temores, llena de vida, que disipa todo sinsabor y pesar, que ofrece espacio y que anhela plenitud. Súbitamente aparece ante nuestros ojos y los de la fe una nueva dimensión de la vida que se muestra dadora de plenitud, que vislumbrada a la distancia se convierte en deseo, en aspiración, en ansia de que llegue el gran día, en el que todo será renovado. Por eso el amor hasta el extremo, el que permanece para siempre, se troca en felicidad; la trascendencia da paso a la eternidad y queda superada toda fugacidad corporal.


PARA REFLEXIONAR 


¿Qué datos del misterio de la muerte y resurrección de Jesús debemos proclamar con claridad para que se descubra que es su cuerpo glorioso el santuario de la comunión con el Padre? 
¿Qué sentido tiene para nosotros el templo material desde la resurrección del Jesús?


ORACIÓN FINAL 


Padre, que tu Espíritu Santo nos muestre cómo Jesús hablaba del templo de su cuerpo, y cómo este se ha convertido en lugar de encuentro con tu persona, en espacio para adorar al Dios verdadero, y en motivo para trabajar y comprometernos en la construcción de una comunidad santa. Amén.

 


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