PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías 62, 1-5
Por amor a Sion no me callaré y por amor a Jerusalén no me daré reposo, hasta que surja en ella esplendoroso el justo y brille su salvación como una antorcha. Entonces las naciones verán tu justicia, y tu gloria todos los reyes. Te llamarán con un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona de gloria en la mano del Señor y diadema real en la palma de su mano. Ya no te llamarán “Abandonada”, ni a tu tierra, “Desolada”; a ti te llamarán “Mi complacencia” y a tu tierra, “Desposada”, porque el Señor se ha complacido en ti y se ha desposado con tu tierra. Como un joven se desposa con una doncella, se desposará contigo tu Hacedor; como el esposo se alegra con la esposa, así se alegrará tu Dios contigo.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 88
R. Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor.
• “Un juramento hice a David mi servidor, / una alianza pacté con mi elegido: / ‘Consolidaré tu dinastía para siempre / y afianzaré tu trono eternamente’. R/.
• Él me podrá decir: ‘Tú eres mi padre, / el Dios que me protege y que me salva’. / Yo jamás le retiraré mi amor / ni violaré el juramento que le hice”. R/.
• Señor, feliz el pueblo que te alaba / y que a tu luz camina, / que en tu nombre se alegra a todas horas / y al que llena de orgullo tu justicia. R/.
SEGUNDA LECTURA
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 13, 16-17.22-25
haciendo una señal para que se callaran dijo: “Israelitas y cuantos temen a Dios, escuchen: el Dios del pueblo de Israel eligió a nuestros padres y engrandeció al pueblo, cuando este vivía como forastero en Egipto. Después los sacó de ahí con todo poder. Les dio por rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado a David, hijo de Jesé, hombre según mi corazón, quien realizará todos mis designios. Del linaje de David, conforme a la promesa, Dios hizo nacer para Israel un salvador: Jesús. Juan preparó su venida, predicando a todo el pueblo de Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía: ‘Yo no soy el que ustedes piensan. Después de mí viene uno a quien no merezco desatarle las sandalias’”.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Mateo 1, 1-25
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán: Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró de Tamar a Fares y a Zará; Fares a Esrom, Esrom a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró de Rajab a Booz; Booz engendró de Rut a Obed, Obed a Jesé, y Jesé al rey David. David engendró de la mujer de Urías a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abiá, Abiá a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatam, Joatam a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías a Manasés, Manasés a Amón, Amón a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, durante el destierro en Babilonia.
Después del destierro en Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquim, Eliaquim a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. De modo que el total de generaciones desde Abrahán hasta David, es de catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, es de catorce, y de la deportación a Babilonia hasta Cristo, es de catorce. Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era un hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados”. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros. Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa. Y sin que él hubiera tenido relaciones con ella, María dio a luz un hijo y él le puso por nombre Jesús.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR
La Navidad irrumpe en la vida de fe de nuestra comunidad que celebra el nacimiento de Jesucristo, quien con su resurrección dará cumplimiento a la alianza-promesa dada por Dios a David, su promesa cumplida se convierte para nosotros en clave de lectura de la Palabra como lo fue para las comunidades cristianas del siglo I. Hoy nos ha nacido el Mesías, Jesús, el hijo de David, el Dios-con-nosotros, por lo que nuestras respectivas experiencias de soledad (una vida sin Dios) han sido traspasadas hasta lo más hondo por su presencia (Dios) y compañía (con nosotros) que las resignifican con toda la frescura y novedad de su nacimiento.
El misterio de la Navidad nos convoca a celebrar que “Jesús realiza en su persona, especialmente en su misterio pascual, el conjunto de promesas de salvación unidas a la venida del Mesías. Es ciertamente el hijo de David, pero también el Siervo que sufre, el Hijo del hombre, y también el Hijo eterno de Dios. En él, la salvación reviste una dimensión nueva. El acento se desplaza de una salvación sobre todo terrena hacia una salvación trascendente, que sobrepasa las condiciones de la existencia temporal. Así se dirige a toda persona, a la humanidad entera” (“El pueblo judío y sus Escrituras sagradas en la biblia cristiana”, n.° 63).
PARA REFLEXIONAR
¿Cómo comunicar, hacer expansiva y proclamar la alegría del nacimiento de Jesucristo, hijo de David, cumplimiento de las promesas divinas en el hoy de la historia de los hijos de Dios?
¿A quiénes hacer visible el nacimiento del Hijo de Dios que vino para ser Dios-con-nosotros?
ORACIÓN FINAL
Padre, que esta noche tu Espíritu Santo nos maraville a todos con la Buena Noticia del nacimiento de Jesucristo, tu Hijo, para ser testigos de que el Dios de la historia de Israel ha actuado cumpliendo sus promesas de salvación no solo para Israel, sino para toda la humanidad. Amén.
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