PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Jeremías 20, 10-13
En aquel tiempo, dijo Jeremías: “Yo oía el cuchicheo de la gente que decía: ‘Denunciemos a Jeremías, denunciemos al profeta del terror’. Todos los que eran mis amigos espiaban mis pasos, esperaban que tropezara y me cayera, diciendo: ‘Si se tropieza y se cae, lo venceremos y podremos vengarnos de él’. Pero el Señor, guerrero poderoso, está a mi lado; por eso mis perseguidores caerán por tierra y no podrán conmigo; quedarán avergonzados de su fracaso y su ignominia será eterna e inolvidable. Señor de los ejércitos, que pones a prueba al justo y conoces lo más profundo de los corazones, haz que yo vea tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa. Canten y alaben al Señor, porque Él ha salvado la vida del pobre de la mano de los malvados”.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmos 17
R. Sálvame, Señor, en el peligro.
• Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza, / el Dios que me protege y me libera. R/.
• Tú eres mi refugio, / mi salvación, mi escudo, mi castillo. / Cuando invoqué al Señor de mi esperanza, / al punto me libró de mi enemigo. R/.
• Olas mortales me cercaban, / torrentes destructores me envolvían; / me alcanzaban las redes del abismo / y me ataban los lazos de la muerte. R/.
• En el peligro invoqué al Señor, / en mi angustia le grité a mi Dios; / desde su templo, Él escuchó mi voz / y mi grito llegó a sus oídos. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Juan 10, 31-42
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, los judíos cogieron piedras para apedrearlo. Jesús les dijo: “He realizado ante ustedes muchas obras buenas de parte del Padre, ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?”. Le contestaron los judíos: “No te queremos apedrear por ninguna obra buena, sino por blasfemo, porque tú, no siendo más que un hombre, pretendes ser Dios”. Jesús les replicó: “¿No está escrito en su ley: Yo les he dicho: ustedes son dioses? Ahora bien, si ahí se llama dioses a quienes fue dirigida la Palabra de Dios (y la Escritura no puede equivocarse), ¿cómo es que a mí, a quien el Padre consagró y envió al mundo, me llaman blasfemo porque he dicho: ‘Soy Hijo de Dios’? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean a las obras, para que puedan comprender que el Padre está en mí y yo en el Padre”. Trataron entonces de apoderarse de Él, pero se les escapó de las manos. Luego regresó Jesús al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado en un principio y se quedó allí. Muchos acudieron a Él y decían: “Juan no hizo ninguna señal prodigiosa; pero todo lo que Juan decía de este, era verdad”. Y muchos allí creyeron en Él.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR
La Cuaresma nos recuerda que en algunas ocasiones también nosotros tenemos la tentación de encerrarnos en nosotros mismos, en nuestra situación de ruptura interior. Incluso, dudamos de que el Señor está con nosotros como un poderoso guerrero. Ponemos en entredicho la fuerza del esplendor de la Pascua de Cristo que resplandece sobre sus discípulos, lo cual limita considerablemente el horizonte de nuestra esperanza. Sin embargo, la experiencia de fe en la poderosa presencia de Dios nos sugiere la necesidad de descubrir nuevamente la belleza, la grandeza, la anchura y la hondura de nuestra fe.
A pocos días de iniciar la Semana Santa, la Cuaresma nos invita a permitir que nuestra fantasía se ensanche libremente por el ilimitado horizonte del misterio de Dios todopoderoso. Dejémonos cautivar por la presencia del Señor. Abrámonos al sentido de la admiración. Mostremos que estamos ante un Dios que conocemos como altísimo y que en verdad amamos como a un amigo cercano. De este modo, seremos testigos de la inmensidad incomparable de su amor y de la belleza de nuestra fe y esperanza en Cristo.
PARA REFLEXIONAR
Mira con cuántas dificultades diarias tienen que lidiar nuestros prójimos, ¿cómo animarlos desde la certeza de que Dios es poderoso defensor de sus luchas, fatigas y liberador de todo mal?
¿La Palabra de Dios está siendo proclamada como presencia del Dios poderoso que salva?
ORACIÓN FINAL
Padre, estamos siendo animados por tu Espíritu Santo. Que su presencia nos haga comprender que, en Jesucristo, tú, nuestro Señor, estás con nosotros como un poderoso guerrero, como Dios a nuestro favor, como amante de la vida de tus hijos en todo tiempo, lugar y circunstancia. Amén.
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