PRIMERA LECTURA
De la Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 31-35.37-39
Hermanos: Si Dios está a nuestro favor, ¿quién estará en contra nuestra? El que no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no va a estar dispuesto a dárnoslo todo, junto con su Hijo? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Si Dios mismo es quien los perdona, ¿quién será el que los condene? ¿Acaso Jesucristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios para interceder por nosotros?
¿Qué cosa podrá apartarnos del amor con que nos ama Cristo? ¿Las tribulaciones? ¿Las angustias? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada?
Ciertamente de todo esto salimos más que victoriosos, gracias a aquel que nos ha amado; pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni el presente ni el futuro, ni los poderes de este mundo, ni lo alto ni lo bajo, ni creatura alguna podrá apartarnos del amor que nos ha manifestado Dios en Cristo Jesús.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 108
R. Sálvame, Señor, por tu bondad.
• Trátame bien, Señor, por ser quien eres / y por ser grande tu misericordia / porque yo soy un pobre miserable, / que lleva el corazón atribulado. R/.
• Ayúdame, Señor, Dios mío, / sálvame por tu bondad. / Que reconozcan aquí tu mano / y que tú, Señor, lo has hecho. R/.
• Mi boca le dará muchas gracias al Señor, / lo alabará en medio de la multitud, / porque se puso en favor del pobre / para salvarle la vida de sus jueces. R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Lucas 13, 31-35
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le dijeron: “Vete de aquí, porque Herodes quiere matarte”.
Él les contestó: “Vayan a decirle a ese zorro que seguiré expulsando demonios y haciendo curaciones hoy y mañana, y que al tercer día terminaré mi obra. Sin embargo, hoy, mañana y pasado mañana tengo que seguir mi camino, porque no conviene que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas y apedreas a los profetas que Dios te envía! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la gallina reúne a sus pollitos bajo las alas, pero tú no has querido!
Así pues, la casa de ustedes quedará abandonada. Yo les digo que no me volverán a ver hasta el día en que digan: ‘¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!’”.
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR
Nos puede perturbar esta necesidad de que los profetas tengan que morir, pero es un evento real debido a que Dios otorga al ser humano la posibilidad de rebelarse contra Él, de apartarse de Él, de oponerse a su plan salvífico. Dios lo deja a su libertad. Constatamos cómo a lo largo de la historia el ser humano puede hacer uso de su libertad para negar a Dios, para intentar aniquilarlo, para blasfemar contra Él. Y Dios lo deja. Él lo permite. Pero no puede darse la contrapartida por parte de los seres humanos de anhelar que el fuego de Dios caiga sobre aquellos para que su gloria resplandezca al condenarlos.
Tenemos la posibilidad de no saber establecer un contacto salvífico con Él cuando se nos presenta como uno de nosotros, cuando asume una piel y un rostro como el nuestro, pero entonces hemos de aceptar que habrá pocas posibilidades de encontrarlo. Sin embargo, siempre existe la opción de estar ante su rostro, en un transformante cara a cara en la cruz y en la resurrección.
PARA REFLEXIONAR
¿Cómo hacer frente con el Evangelio a la maldad, que quiere acabar no solo con el misterio del Dios revelado, sino también con el del ser humano reduciéndolo a la muerte violenta?
ORACIÓN FINAL
Padre, danos tu Espíritu Santo para comprender que, aunque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén, sí podemos hacer mucho para que el Evangelio ilumine la oscuridad con la luz resplandeciente de la resurrección de Jesucristo que salva a cuantos crean en Él y se comprometan con la vida. Amén.
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