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Pan de la Palabra


02 Noviembre 2025

  • Oficio propio
  • Morado
  • CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS

PRIMERA LECTURA

Del Segundo libro de los Macabeos 12, 43-46

En aquellos días, Judas Macabeo, jefe de Israel, hizo una colecta y recogió dos mil dracmas de plata, que envió a Jerusalén para que ofrecieran un sacrificio de expiación por los pecados de los que habían muerto en la batalla.

Obró con gran rectitud y nobleza, pensando en la resurrección, pues si no hubiera esperado la resurrección de sus compañeros, habría sido completamente inútil orar por los muertos.

Pero él consideraba que, a los que habían muerto piadosamente, les estaba reservada una magnífica recompensa. En efecto, orar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados es una acción santa y conveniente.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 102

R.El Señor es compasivo y misericordioso.

  El Señor es compasivo y misericordioso, / lento para enojarse y generoso para perdonar. / No nos trata como merecen nuestras culpas, / ni nos paga según nuestros pecados.  R/.

  Como un padre es compasivo con sus hijos, / así es compasivo el Señor con quien lo ama, / pues bien sabe Él de lo que estamos hechos / y de que somos barro, no se olvida.R/.

•  La vida del hombre es como la hierba, / brota como una flor silvestre: / tan pronto la azota el viento, deja de existir / y nadie vuelve a saber nada de ella. R/.

  El amor del Señor a quien lo teme / es un amor eterno, / y entre aquellos que cumplen con su alianza, / pasa de hijos a nietos su justicia. R/.

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Mateo 5, 1-12a

En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, hablándoles así: “Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra.

Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos”.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

El Evangelio nos desvela cómo Jesús, consciente de sus propios límites y de la desproporción entre sus fuerzas y la obra salvífica que está realizando, se abandona, confía, se pone en las manos de su Padre.

Para nosotros, los creyentes en el misterio pascual de Jesucristo, y en Dios Padre nuestro, que lo rescató de la muerte, se trata de que aprendamos a exponer confiadamente nuestras limitaciones a Dios con la máxima sencillez, sin ocultar nuestro mundo interior, encomendándonos a sus manos que se extienden para salvarnos.

Tras este inexplicable evento de confianza, estaremos en condiciones de transmitir un mensaje divino con fe, con esperanza, cimentados en el amor de Dios, proclamando a todos que Dios es nuestro confidente, que podemos contar con Dios, porque a ninguno dejará abandonado al poder de la muerte, pues los que han creído, resucitarán.

 

PARA REFLEXIONAR

 

¿Cómo dar respuesta cristiana al problema de la muerte y del dolor tan anclados en nuestra cultura?

 

ORACIÓN FINAL

Padre, danos tu Espíritu Santo para que, como Jesús, cuando llegue el momento de la entrega podamos decirte: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Danos la libertad interior para no encerrarnos en el sufrimiento, sino para abrirnos a la luz de la resurrección. Amén.

 

 


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