PRIMERA LECTURA
De la Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 11, 30-36
Hermanos: Así como ustedes antes eran rebeldes contra Dios y ahora han alcanzado su misericordia con ocasión de la rebeldía de los judíos, en la misma forma, los judíos, que ahora son los rebeldes y que fueron la ocasión de que ustedes alcanzarán la misericordia de Dios, también ellos la alcanzarán. En efecto, Dios ha permitido que todos cayéramos en la rebeldía, para manifestarnos a todos su misericordia.
¿Qué inmensa y rica es la sabiduría y la ciencia de Dios! ¡Qué impenetrables son sus designios e incomprensibles sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás el pensamiento del Señor o ha llegado a ser su consejero? ¿Quién ha podido darle algo primero, para que Dios se lo tenga que pagar? En efecto, todo proviene de Dios, todo ha sido hecho por Él y todo está orientado hacia Él. A Él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Salmo 68
R. A ti, Señor, elevo mi plegaria.
• Mírame, Señor, enfermo y afligido; / defiéndeme y ayúdame, Dios mío. / En mi cantar exaltaré tu nombre, / proclamaré tu gloria, agradecido. R/.
• Se alegrarán al verlo los que sufren; / quienes buscan a Dios tendrán más ánimo, / porque el Señor jamás desoye al pobre, / ni olvida al que se encuentra encadenado. R/.
• Ciertamente el Señor salvará a Sion, / reconstruirá a Judá; / la heredarán los hijos de sus siervos, / quienes aman a Dios la habitarán.R/.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Lucas 14, 12-14
En aquel tiempo, Jesús dijo al jefe de los fariseos que le había invitado a comer: “Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a parientes, ni a los vecinos ricos: porque puede ser que ellos te inviten a su vez, y con eso quedarías recompensado.
Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso, porque ellos no tienen con qué pagarte; pero ya se te pagará, cuando resuciten los justos”
Palabra del Señor.
LECTIO DIVINA
PARA MEDITAR
Para algunas personas que se consideran a sí mismas grandes, importantes, e irreprochables, lo esencial, sobre todo, a la hora de ciertas comidas y banquetes, es salvar a toda costa las apariencias externas, es asegurarse de que lo compartido tarde o temprano pueda ser recompensado, en el fondo es sacar provecho de cada oportunidad.
Naturalmente la conciencia previa ha sido anestesiada para que ante los demás su fachada parezca irreprochable. Los creyentes en Jesucristo sabemos, porque Él nos lo ha dicho con total claridad, que no se debe seguir esta senda, que hemos de estar atentos a no ignorar nuestras propias sombras; que no nos está permitido rehuir de nuestras propias responsabilidades para con los desposeídos de todos los tiempos.
Dios es absoluta gratuidad, Él sabe dar a los que no pueden corresponderle materialmente por su pobreza, pero sí con un corazón agradecido que lo bendice. Conformémonos con seguir a Cristo, pues al final todos estaremos ante la presencia de Dios.
PARA REFLEXIONAR
¿Quiénes son esas personas que el Evangelio pone ante nuestra mirada para celebrar el banquete de la gratitud, de la entrega sin esperar nada a cambio?
ORACIÓN FINAL
Padre, concédenos tu Espíritu Santo para discernir con claridad evangélica a quiénes no llamar a nuestro banquete y a quiénes invitar, sabiendo que la prioridad la han de tener los pobres, los que se acercan sin nada en las manos, pero llenos de bendiciones. Amén.
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