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Pan de la Palabra


09 Noviembre 2025

  • Fiesta – Oficio de la Fiesta
  • Blanco
  • DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE LETRÁN

PRIMERA LECTURA

Del libro del profeta Ezequiel 47, 1-2.8-9.12

En aquellos tiempos, un hombre me llevó a la entrada del templo. Por debajo del umbral manaba agua hacia el oriente, pues el templo miraba hacia el oriente, y el agua bajaba por el lado derecho del templo, al sur del altar.

Luego me hizo salir por el pórtico del norte y dar la vuelta hasta el pórtico que miraba hacia el oriente, y el agua corría por el lado derecho. Aquel hombre me dijo: “Estas aguas van hacia la región oriental; bajarán hasta el Arabá, entrarán en el mar de aguas saladas y lo sanearán.

Todo ser viviente que se mueva por donde pasa el torrente, vivirá; habrá peces en abundancia, porque los lugares a donde lleguen estas aguas quedarán saneados y por dondequiera que el torrente pase, prosperará la vida.

En ambas márgenes del torrente crecerán árboles frutales de toda especie, de follaje perenne e inagotables frutos. Darán frutos nuevos cada mes, porque los riegan las aguas que manan del santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas, de medicina”

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 45

R. Un río alegra a la ciudad de Dios.

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, / quien en todo peligro nos socorre. / Por eso no tememos, aunque tiemble, / y aunque al fondo del mar caigan los montes. R/.

Un río alegra a la ciudad de Dios, / su morada el Altísimo hace santa. / Teniendo a Dios, Jerusalén no teme, / porque Dios la protege desde el alba. R/.

• Con nosotros está Dios, el Señor; / es el Dios de Israel nuestra defensa. / Vengan a ver las cosas sorprendentes / que ha hecho el Señor sobre la tierra. R/.

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Juan 2, 13-22

Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; a los que vendían palomas les dijo: “Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre”.

En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora. Después intervinieron los judíos para preguntarle: “¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?”. Jesús les respondió: “Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré”. Replicaron los judíos: “Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?”.

Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho.

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

Nuestra meditación se centra en el cuerpo de Jesús, cuerpo, en primer lugar, cuerpo sobre el que se recogen silenciosa y misteriosamente los dolores, los sufrimientos, las angustias, y las indescriptibles penas de todos los seres humanos a lo largo de la historia. La más cruda realidad de la humanidad sufriente se acumula en su corazón, cuyo cuerpo está sangrante. Y luego, sobre aquella cruz, se derrama el peso insoportable de todas las cruces: la de hombres y mujeres abatidos por el peso de su condición inhumana.

Pero el cuerpo sufriente de Jesús es también el cuerpo glorioso del resucitado, nuevo templo del Dios vivo, en el cual como comunidad de fe experimentamos la belleza y riqueza de la comunión fraterna, la unidad del espíritu al servicio de toda persona. En ella aprendemos a reconocer y valorar las cualidades, capacidades, dones y virtudes de todos los miembros de la comunidad; aprendemos también a impulsar y acompañar la realización de sus mejores posibilidades y aspiraciones.

En este espíritu, cada uno madura en la responsabilidad del servicio a los demás, en el respeto mutuo y esperanzado, en el cumplimiento generoso de sus deberes, en la corresponsabilidad del trabajo compartido para la evangelización y en la adhesión a un estilo de vida donde la libertad personal es custodiada y defendida.

 

PARA REFLEXIONAR

 

¿Qué estamos haciendo para que todos lleguen al conocimiento de que es en el cuerpo glorioso de Jesús donde se adora al Padre en espíritu y verdad?

 

ORACIÓN FINAL

 

Padre, que con tu Espíritu Santo comprendamos que Jesús hablaba acerca del templo de su cuerpo, que debía pasar por el sufrimiento para entrar en su gloria. Amén.

 

 


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