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Pan de la Palabra


18 Noviembre 2025

  • Feria o Memoria libre – Semana 33ª del tiempo Ordinario
  • Verde / Blanco
  • La memoria de la Dedicación de las Basílicas de san Pedro y san Pablo

PRIMERA LECTURA

Del Segundo libro de los Macabeos 6, 18-31.

Había un hombre llamado Eleazar, de edad avanzada y aspecto muy digno. Era uno de los principales maestros de la ley. Querían obligarlo a comer carne de puerco y para ello le abrían a la fuerza la boca. Pero él, prefiriendo una muerte honrosa a una vida de infamia, escupió la carne y avanzó voluntariamente hacia el suplicio, como deben hacer los que son constantes en rechazar manjares prohibidos, aun a costa de la vida.

Los que presidían aquel sacrificio pagano, en atención a la antigua amistad que los unía con Eleazar, lo llevaron aparte y le propusieron que mandara traer carne permitida y que la comiera, simulando que comía la carne del sacrificio ordenada por el rey.

Así se podría librar de la muerte y encontrar benevolencia, por la antigua amistad que los unía. Pero Eleazar, adoptando una actitud cortés, digna de sus años y de su noble ancianidad, de sus canas honradas e ilustres, de su conducta intachable desde niño y, sobre todo, digna de la ley santa, dada por Dios, respondió enseguida: “Envíenme al sepulcro, pues no es digno de mi edad ese engaño.

Van a creer los jóvenes que Eleazar, a los noventa años, se ha pasado al paganismo. Y si por miedo a perder el poco tiempo de mi vida que me queda, finjo apartarme de la ley, se van a extraviar con mi mal ejemplo. Eso sería manchar y deshonrar mi vejez. Y aunque por el momento me librara del castigo de los hombres, ni vivo ni muerto me libraría de la mano del Omnipotente.

En cambio, si muero ahora como un valiente, me mostraré digno de mis años y dejaré a los jóvenes un gran ejemplo, para que aprendan a arrostrar voluntariamente una muerte noble por amor a nuestra santa y venerable ley”.

Dicho esto, se fue enseguida hacia el suplicio. Los que lo conducían, considerando arrogantes las palabras que acababa de pronunciar, cambiaron en dureza su actitud benévola.

Cuando Eleazar estaba a punto de morir a causa de los golpes, dijo entre suspiros: “Tú, Señor, que todo lo conoces, bien sabes que pude librarme de la muerte; pero, por respeto a ti, sufro con paciencia y con gusto, crueles dolores en mi cuerpo y en mi alma”. De esta manera, Eleazar terminó su vida y dejó no solo a los jóvenes, sino a toda la nación, un ejemplo memorable de virtud y heroísmo.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL
Salmo 18

R. El Señor es mi defensa.

Mira, Señor, cuántos contrarios tengo, / y cuántos contra mí se han levantado; / cuántos dicen de mí: / “Ni Dios podrá salvarlo”. R/.

Mas tú, Señor, eres mi escudo, / mi gloria y mi victoria; / desde tu monte santo me respondes / cuando mi voz te invoca. R/.

En paz me acuesto, duermo y me despierto, / porque el Señor es mi defensa. / No temeré a la enorme muchedumbre / que se acerca y me acecha. R/.

EVANGELIO

Del santo Evangelio según san Lucas 19, 1-10

En aquel tiempo, Jesús entró en Jericó, y al ir atravesando la ciudad, sucedió que un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de conocer a Jesús, pero la gente se lo impedía, porque Zaqueo era de baja estatura. Entonces corrió y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por ahí.

Al llegar a ese lugar, Jesús levantó los ojos y le dijo: “Zaqueo, bájate pronto, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa”. Él bajó enseguida y lo recibió muy contento. Al ver esto, comenzaron todos a murmurar diciendo: “Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador”.

Zaqueo, poniéndose de pie, dijo a Jesús: “Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si he defraudado a alguien, le restituiré cuatro veces más”. Jesús le dijo: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también él es hijo de Abraham, y el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que se había perdido” .

Palabra del Señor.

 

 

LECTIO DIVINA

PARA MEDITAR

El texto de Zaqueo y los junto a él mencionados, nos conducen a aprender la necesidad de comenzar a vivir con la mirada dirigida en dirección a un Dios Padre que nos ama con locura, o también a vivir y caminar con la cabeza en alto como personas creyentes que lo han perdido todo menos la paternidad divina, la confianza en Dios, la experiencia de su gratuidad revelada por Jesús, su persona, su mensaje y sus acciones liberadoras.

Estamos llamados a ser y a comportarnos como personas que no hemos perdido definitivamente, ni siquiera mientras estuvimos bajo el dominio temporal del pecado, el sentido de nuestra propia vocación cristiana, de nuestra singular y personal vocación de hijos de Dios, que nada nos ha hecho olvidar que siempre es posible experimentar la alegría del reencuentro con el Dios que sale a buscarnos hasta encontrarnos, que bajo ninguna circunstancia hemos permitido que se seque la fuente de la propia entrega a Dios y a los hermanos, siendo personas que mantenemos celosamente nuestra autenticidad e identidad de amados por el Padre en Jesús.

 

PARA REFLEXIONAR

 

¿A quiénes estamos buscando hasta encontrarlos y llevarlos a la mesa compartida con el Padre?

 

ORACIÓN FINAL

 

Padre, que tu Espíritu Santo nos enseñe a descubrir cómo el Hijo del hombre vino a salvar lo que se había perdido; que la palabra de Jesús proclame que la salvación es para todos los que se dejan encontrar por tu misericordia.Amén.

 

 


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